- ¿Te ha pasado que en los últimos meses te han salido granitos en el área del mentón, las mejillas o alrededor de la boca? ¿Tienes más puntos negros? O si ya sufrías de acné, ¿sientes que ha empeorado?
Adriana Bello/ Aleteia
Si bien es cierto que en algunos casos se puede atribuir a una mala alimentación (muchas frituras y azúcar viendo televisión) o hasta el estrés por la pandemia, la realidad es que también puede ser por el uso de la mascarilla facial.
Sí, sé que la reacción de muchos puede ser: “¿Además de ser molestas nos causan acné?” pero recordemos que, por ahora, son una de nuestras mayores herramientas para combatir la Covid-19 y lo que tenemos que hacer es entender por qué nos pueden causar brotes y cómo prevenirlos y/o combatirlos.
La barrera de la piel de nuestro rostro se puede ver comprometida tanto por la fricción de la máscara como por el sudor que queda atrapado (especialmente en los países que están en pleno verano), ya que nuestros poros se congestionan (tapan), la piel se irrita y, además, se genera un ambiente idóneo para el crecimiento de bacterias: caluroso y húmedo (tanto por el sudor como por la saliva que podemos expulsar al hablar con la mascarilla puesta).
Popularmente han decidido llamarlo “maskne”; sin embargo, la mayoría de las veces se trata del denominado “acné mecánico”, que es el típico de los futbolistas, y se genera cuando un objeto retiene el sudor contra la piel, la frota y provoca una mayor producción de sebo.
¿Qué puedo hacer?
* La Academia Americana de Dermatología de Estados Unidos aconseja lavar el rostro dos veces al día. Si tu piel es grasa y no es sensible, puedes optar por un limpiador facial con un bajo porcentaje de ácido salicílico, pero igual no lo uses todos los días (intercámbialo con uno más gentil) porque puede resecar tu rostro. Pieles normales y secas pueden usar un limpiador suave y con ingredientes hidratantes ideado para el rostro. Recuerda también tener una toalla exclusiva para secar tu cara.
* Es muy importante humectar tu rostro y especialmente el área afectada. Trata de buscar una crema facial que no posea ningún tipo de fragancia (porque pueden ser potencialmente irritantes) y que contenga ceramidas o ácido hialurónico. Idealmente, opta por cremas de consistencia ligera (puede ser gel) y, si tienes la zona muy irritada (porque quizá no se trate de acné sino una dermatitis), opta por una consistencia más espesa que ayude a restaurar la barrera de la piel.
* Simplifica tu rutina de belleza. No es el momento de probar nuevos productos o colocar cientos de ellos. Si no tienes un brote serio, lo único que necesitas, además de tu desmaquillante y jabón facial, es una buena crema humectante para la mañana y la noche, y protector solar durante el día (no, no necesitas un tónico y mucho menos un aceite) … y, si tienes acné severo, acude a tu dermatólogo para que además te recete algún tratamiento específico para tu tipo de acné y piel.
* Evita el maquillaje (especialmente bases y labiales cremosos o a base de aceite) porque, mezclado con el sudor atrapado debajo de tu mascarilla, es la receta para que salgan granos. Si tienes alguna situación o motivo en la que sientes que te ves obligada a usar maquillaje, enfócate en los ojos y puedes optar por un protector solar con tinta. Para ir al supermercado o diligencias puntuales, haz como las celebridades y sácale provecho a tus gafas de sol para ocultar ojeras y verte con estilo.
* Si usas mascarillas de tela (que recuerden, son las menos idóneas y se recomienda usar siempre un escudo de pvc sobre ellas), evita el poliéster o telas muy ásperas en la parte interior que tiene contacto con tu piel y opta mejor por una de algodón.
* No reutilices tu máscara. Esto también es una recomendación de la OMS para evitar la propagación del virus. Si son desechables, debes botarla después de usarla o si sientes que se ha humedecido. Y, en el caso de las de tela, es importantísimo que las laves bien con agua y un buen jabón (que no tenga mucha fragancia ni sustancias abrasivas para piel) después de cada uso (recomiendo tener dos para alternarlas). No sólo el virus, también las bacterias pueden quedar atrapadas en la tela y generarte enfermedades cutáneas. Si por alguna razón no la puedes lavar, rocíala con alcohol al 60%.
* Evita la goma de mascar. Aunque algunos podrían pensar que la de sabor a menta podría “ayudar” a combatir las bacterias, es todo lo contrario. Primero, al masticarla, puedes humedecer más tu mascarilla y tu saliva puede contaminar más el área (imagina, además, si has comido algo antes y no te has cepillado los dientes); y segundo, los sabores de estas gomas de mascar pueden ser potencialmente irritantes al quedar atrapados entre tu boca y la mascarilla.
* Si tienes algún granito, resiste a la tentación de tocarlo, pellizcarlo o extraerlo. Puedes infectarlo aún más y dejar una cicatriz. Si crees que no podrás evitarlo, considera comprar esos mini parches circulares de acné que, además de venir con medicamento, crearán una barrera entre tu mano y tu grano.
* Si tienes un brote severo, acude a un dermatólogo y no te auto-mediques.
* Maneja el estrés… sé que esto, como dice el dicho, es más fácil decirlo que hacerlo, especialmente en esta época de incertidumbre que estamos viviendo, pero el estrés sí influye en nuestra piel. Aunque estés en casa, trata de hacer actividades que disfrutes, probar cosas nuevas (puede ser desde un curso online hasta una receta) y tómate cinco minutos para agradecer lo positivo en tu vida y recuerda que esto también pasará.