Rafael Manuel Tovar/ Periodista
El equipo de Zenit ha investigado el manejo que el periódico El País, de España, ha hecho durante tres meses de sus informaciones sobre la Iglesia Católica. El diario presentó 42 notas periodísticas sobre casos de pederastia cometidos por eclesiásticos y 31 artículos sobre actuación de la Iglesia, donde frecuentemente retoca la información a su conveniencia. Aportó 3 informaciones eclesiales positivas.
Parte 1: Los hechos
La investigación de Zenit se efectuó del 7 de julio de 2023 al 6 de octubre. Son 92 días en tres meses, observando las informaciones que el diario El País presenta en su formato digital. Ofrecemos aquí la primera parte del análisis, centrada en los hechos comunicados por el diario español.
Las informaciones eclesiales del periódico son de tres tipos: sobre acciones de los jerarcas eclesiales en su desempeño religioso, sobre hechos civiles o sociales en que están involucrados miembros de la Iglesia y sobre casos de pederastia en que los representantes de la Iglesia han sido acusados.
Al comunicar sobre acciones del Papa o de obispos en su desempeño religioso, la mayoría de las 31 noticias informadas por El País se visten de problemática política o social, según la línea del periódico, considerado órgano oficioso del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Por ejemplo, con motivo del nombramiento del arzobispo argentino Manuel Fernández como nuevo responsable del Dicasterio para Doctrina de la Fe, el diario expandió con fuerza el 8 de julio una entrevista a monseñor Michael Hayenes, anterior responsable de la Congregación, publicada en Life Site News, con duras críticas al nombramiento. De la entrevista, el informativo toma solo los puntos divergentes de Hayenes con el Papa Francisco, cuestionando sus decisiones y afirmando que “solo un loco puede hablar de una nueva primavera” en la Iglesia, refiriéndose al Papa.
Es de notar que, como casi siempre hace El País, al referirse al Dicasterio para Doctrina de la Fe, subraya que es “la vieja Inquisición”, aunque esta denominación despectiva está fuera de uso desde hace 120 años. Es bueno recordar la observación de Bill Kovach y Tom Rosenstiel al decir que “la primera obligación del periodismo es con la verdad”. O la anotación de Timothy Garton, que prefiere la expresión “narrar hechos”. De todos modos, la prudencia aconseja que, si el periodista no puede referir todo, porque los detalles son infinitos, la selección que hace desde su filtro personal necesita acercarse al equilibrio.
Esta carencia de equilibrio en el periódico español se manifestó el 18 de julio, informando que el obispo de Barbastro nombró a un nuevo rector del Santuario de Torreciudad, centro privilegiado de peregrinación para los miembros de la Obra, el cual por primera vez no es del Opus Dei. El País publica la noticia tres semanas después con términos duros: “Un año después de que el Papa Francisco emitiera un motu proprio, con el que le restó poder e independencia dentro de la Iglesia, el obispo oscense de Barbastro destituye al rector del santuario”. Esta información, como en otras ocasiones, se repite los dos días siguientes, en apartados diferentes del diario, sea como noticia importante de la semana, sea en una selección de notas sobre la nación.
Las noticias sobre la vida religiosa caen en datos marginales, como la aparecida el 1 de agosto, donde se informa de un papá que levantó a su hijo para colocarle junto a la imagen de la Virgen en un templo de la isla de Tenerife.
El 8 de agosto El País presentó una información positiva sobre la vida eclesial, narrando la actividad del sacerdote portugués Guilherme Peixoto, figura del verano por su participación en las Jornadas Mundiales de la Juventud de Lisboa como disc jokey de música para jóvenes antes de la misa de clausura.
Durante los 92 días que el equipo de Zenit revisó las informaciones sobre la Iglesia, hubo 42 notas de 35 días en que aparecieron notas sobre casos de pederastia y en las que se acusó a eclesiásticos: es más de la tercera parte de los días. Nunca se informó de las tareas realizadas por religiosas o sacerdotes en hospitales, escuelas, centro de atención a inmigrantes o personas abandonadas, universidades… Pareciera que solo interesan los errores sexuales del 0,001 % de las personas consagradas a la evangelización y el servicio a los necesitados. En España, se cuantificaron 16,568 presbíteros en 2022 y 43,000 religiosos. ¿Qué mueve a hablar solo de los fallos cometidos por 5 de ellos?
Las 3 informaciones eclesiales positivas que propuso el informativo representan el 10 % de las notas sobre acciones de la Iglesia: nueve negativas de cada 10 informadas, sin tener en cuenta las referidas a escándalos sexuales, pues entonces sería una positiva de cada 23 nocivas.
Será útil recordar los comentarios de Umberto Eco al señalar que el periodista no tiene el deber de la objetividad, sino de ofrecer un testimonio, haciendo explícito su posición y su pensamiento. Debe advertir al lector de que no dice verdad, sino su verdad, una entre otras posibles. Sin embargo, las informaciones de El País reducen habitualmente su mirada al rincón oscuro de la actividad de la Iglesia, sin avisar, aunque sea de pasada, que también las autoridades eclesiales y las personas consagradas a Dios trabajan y contribuyen al servicio de las comunidades donde residen.
George Orwell, en “Homenaje a Cataluña”, una de las mejores obras de periodismo político moderno, sostiene en el último capítulo: “Por si no lo he dicho antes en algún sitio del libro, lo diré ahora: desconfíen de mi parcialidad, de mis errores de hecho y de la distorsión inevitablemente provocada por haber visto solo un ángulo de los acontecimientos.” En la práctica, dice “¡No me crean!”. Y… por eso, le creemos.
El periodismo proclama que es preciso informar los hechos para que la sociedad conozca la verdad. La calidad del informador se manifiesta comunicando hechos sin recortes dolosos, reconociendo que la visión propia es limitada y, por tanto, presentando un horizonte amplio. Todos lo necesitamos para saber cómo vive hoy la Iglesia. Zenit procura presentar la vida de la Iglesia para que se conozca con amplitud.