Hace una semana tomó posesión el nuevo obispo de Parral, monseñor Mauricio Urrea Carrillo, quien es procedente del clero de la Diócesis de Nogales donde se desempeñaba como párroco de La Purísima Concepción de María y Secretario Canciller. Tiene 51 años de edad.
Ana María Ibarra
El pasado viernes 19 de marzo, fiesta de San José, don Mauricio Urrea Carrillo recibió la ordenación episcopal y tomó posesión como tercer obispo de la Diócesis de Parral.
La celebración se realizó en la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe donde participó gozosa la Iglesia Diocesana de Parral, encomendada a la intercesión de San José.
Franco Coppola, nuncio Apostólico en México; monseñor Constancio Miranda, arzobispo de la Arquidiócesis de Chihuahua; y monseñor Leopoldo González González, obispo de Nogales, Sonora, llevaron a cabo la ordenación episcopal.
Estuvieron también presentes algunos obispos y parte del clero de las diócesis de la Provincia eclesiástica de Chihuahua, entre ellos don J. Guadalupe Torres Campos, obispo de Ciudad Juárez.
Fecha especial
Fue después de la liturgia de la Palabra cuando se solicitó la ordenación como obispo al
presbítero Mauricio Urrea Carrillo, procedente del clero de la Diócesis de Nogales.
Para el acto se leyó la Bula, documento donde se estipula que don Mauricio ha sido
elegido como obispo para esa Iglesia particular.
Luego, en la homilía, el representante del Papa Francisco en México, se refirió a una reflexión del Santo Padre sobre san José, y pidió al nuevo obispo poner su episcopado bajo su mirada y protección.
Monseñor Coppola citó las características que la Iglesia viene reflexionando sobre la vida de san José, e invitó a los obispos, sacerdotes y en especial a don Mauricio, a redescubrir de modo particular en la oración, la figura del padre adoptivo de Jesús: dócil a la voluntad de Dios, humilde autor de grandes empresas, siervo obediente y creativo.
Igualmente se refirió al Año de la Familia, iniciado ese mismo día de la Fiesta de san José, y señaló como providencia el inicio de su episcopado justo en esa fecha.
“La Iglesia propone una atención especial a la familia, eso es necesario también en la Diócesis de Parral. Necesitamos presentar el proyecto que Dios tiene para la familia, el mundo ya no lo conoce. Si no lo conoce no es culpa del mundo, es responsabilidad nuestra, tenemos que anunciar el proyecto que Dios tiene sobre la familia”, resaltó.
Finalizó ofreciendo sus oraciones por don Mauricio, motivándolo a trabajar.
Rito de ordenación
Concluida la homilía se desarrolló el rito de ordenación con el cuestionario al obispo electo, su postración, rezo de letanías, imposición de manos y la plegaria de ordenación, mediante lo cual se confirió al elegido el don del Espíritu Santo para su función episcopal.
El nuevo obispo fue presentado a la grey de Dios y fue invitado a tomar posesión de la sede de la Catedral. Y tras los aplausos de los congregados, monseñor Urrea Carrillo presidió la Eucaristía ya como nuevo obispo de Parral.
Mensaje.
Monseñor Urrea Carrillo dedicó su primer mensaje agradeciendo a Dios, a la Madre del cielo “poderosa e intercesora” y al señor san José, custodio de la Sagrada Familia.
Ante la comunidad y parte del clero de la Diócesis de Nogales, que se hizo presente en la ordenación, don Mauricio expresó:
“Compartimos la solicitud por el hombre, por la persona humana, hombre y mujer, esa pasión que debe mover auténticamente el corazón humano, coincidimos en mejorar con diversos medios, pero con el mismo propósito eso que llamamos bien común, que lo busquemos juntos y lo defendamos”.
El nuevo obispo concluyó su mensaje impartiendo la bendición.
Llega a Iglesia joven
Previo a la ordenación y toma de posesión, se llevó a cabo una rueda de prensa en el templo dedicado a Nuestra Señora de la Soledad, patrona de los mineros, donde estuvieron en la mesa monseñor Eduardo Carmona, administrador apostólico y anterior obispo de Parral; el Nuncio Apostólico, monseñor Franco Coppola y el hasta entonces presbítero, Mauricio Urrea.
“Llegas a una diócesis muy bonita, a un pueblo de Dios generoso, noble, te vas a encontrar muy feliz, muy a gusto, muy contento”, expresó monseñor Eduardo.
Por su parte, el representante del papa en México saludó y compartió con los asistentes, a manera de anécdota, la audiencia que sostuvo con el Papa Francisco el pasado 4 de marzo, cuando le mostró los nombres de los posibles obispos para la Diócesis de Parral.
“Él estaba muy contento de la impresión que yo había guardado de Parral cuando vine hace cuatro años. Me quedé impresionado de cuánta juventud había y participaba en las celebraciones, y hoy me han enseñado que el presbiterio es muy joven también. Esto habla de una Iglesia que ha trabajado mucho”, expresó.
Dirigiéndose al obispo electo, el nuncio comparó a la Iglesia de Parral con una familia, dejando en claro que si los padres hacen un buen trabajo formarán buenos hijos.
“Se le confía, don Mauricio, una Iglesia que está llena de esperanza y que puede bien enfrentar los desafíos y retos que el mundo de hoy pone a la Iglesia. Se le confía por lo que ya ha hecho en su ministerio sacerdotal”, señaló.
Por su parte, don Mauricio Urrea Carrillo expresó la gran alegría que experimenta al llegar a su nueva misión y dijo que fue muy alentador y conmovedor recibir de la gente su cariño, su entusiasmo, movidos por la frase: “bendito el que viene en el nombre del Señor”.
“Todos somos Iglesia. Que la Virgen Santísima nos ayude a ser hijos e hijas de Dios, que nos ayude a imitar a Jesús, a escucharlo, es lo mejor para la santidad. Un mensaje desde mi corazón”, concluyó el obispo electo.