Lectio Divina correspondiente al domingo 23 de marzo. III Domingo de Cuaresma. Reflexión y acción de la Palabra de Dios, con la guía de integrantes del Instituto Bíblico san Jerónimo…
Jorge Sánchez/ IBSJ
- Lectura: ¿Qué dice el texto?
Lucas 13, 6-9
Entonces les dijo esta parábola: “Un hombre tenía una higuera plantada en su viñedo; fue a buscar higos y no los encontró. Dijo entonces al viñador: ‘Mira, durante tres años seguidos he venido a buscar higos en esta higuera y no los he encontrado. Córtala. ¿Para qué ocupa la tierra inútilmente?’ El viñador le contestó: ‘Señor, déjala todavía este año; voy a aflojar la tierra alrededor y a echarle abono, para ver si da fruto. Si no, el año que viene la cortaré’ ”.
Ahora hagámonos las siguientes preguntas:
¿Cuántos años tenía la higuera sin dar fruto?
¿Cómo ocupaba la tierra esa higuera?
¿Qué le pide el dueño que haga el viñador a la higuera?
¿El viñador qué responde a su señor?
Interioricemos en el texto
Vemos en este relato de san Lucas como Jesús hace un nuevo intento de llevar al pueblo judío a aceptar el proyecto del Padre. En esta parábola se nos muestra como el cuidador de la viña la quiere, por eso pide más tiempo antes de arrancar la higuera, parece que Jesús quiere dar más tiempo para que su pueblo se arrepienta y se convierta. Como seguidor de Jesús debemos reflexionar en esta parábola e imitar estas actitudes que nos muestran como parte de su misión; la misericordia y la paciencia.
- Meditación: ¿Qué me dice Dios en el texto?
Para profundizar en el Evangelio contestémonos a nosotros mismos, con sinceridad, las siguientes preguntas:
La conversión que se ejemplifica en la higuera misma que se salvará a través de cuidados y tiempo nos hace preguntarnos si estamos dispuestos a dejarnos cuidar por el viñador, por Jesús ¿En esta Cuaresma has pensado en retomar ese camino de conversión hacia el Padre?
En este tiempo de Cuaresma, que debemos sentirlo como una oportunidad más que se nos concede para el arrepentimiento, un buen inicio es el Sacramento de la Reconciliación que Jesús nos dejó como vía segura de Salvación. ¿Te has acercado en estos días a Jesús, a su Palabra y su Cuerpo que están siempre presentes en nuestra liturgia? Aprovechemos el amor y paciencia que se nos ofrece, no olvidemos cual será el fin de la higuera si después de una nueva oportunidad y cuidados no fructifica.
- Oración: ¿Qué le digo a Dios?
Gracias Señor por tu amor hacia nosotros
que sin merecerlo te apiadas
y nos das una nueva oportunidad,
ayúdame para que el arrepentimiento
marque un nuevo inicio en mi vida hacia tu redención.
Amén.
- Contemplación:
Para intensificar la contemplación repitamos varias veces durante la semana un versículo de la Sagrada Escritura para que alimente nuestra fe:
« El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso para perdonar » (Salmo 103, 8)
- Acción: ¿A qué me comprometo con Dios?
Ya empezamos a vivir la Cuaresma y buscamos en este periodo realizar acciones algunas veces externas que muestren nuestro sincero deseo de arrepentimiento y conversión. Además de acercarnos a nuestros sacramento y ejercicios espirituales tratemos que nuestras acciones externas vayan dirigidas a los necesitados y sean un claro signo de nuestra conversión.
Propuesta: Si tenemos la intención de un realizar un sacrificio busquemos que sea a través de llevar compañía a los olvidados y bienestar a los necesitados. Podemos visitar algún asilo o a través de una llamada saquemos del olvido a un amigo o familiar y trasmitámosles algo de alegría y paz. Llevar ayuda material en forma de alimentos a algún orfanato o asilo también será un importante signo de nuestro cariño por los necesitados. Puedes también utilizar como medio de entrega el Ministerio de Caridad de tu parroquia.