Mons. J. Guadalupe Torres Campos/ Obispo de Ciudad Juárez
Les saludo con mucho amor de padre y pastor. Estamos de fiesta con Jesús, hoy de manera especial por la Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo, Cristo Rey.
Con esta fiesta solemnísima terminamos nuestro Año litúrgico, todo un año intenso del Tiempo Ordinario y tiempos especiales: Adviento, Navidad, Cuaresma, Semana Santa, Pascua. Hoy culminamos con esta bella fiesta de Cristo Rey.
Por una parte, queridos hermanos, la Palabra de Dios, sobre todo el evangelio, nos invita a contemplar a Cristo Rey desde la cruz. Parece, humanamente, una contradicción; a un rey lo concebimos en el trono, con corona, contemplar a Jesús crucificado parece contradictorio.
Dice el mismo texto que se puso un letrero sobre la cruz, que decía: “Este es el rey de los judíos”, pero para nosotros no solo es el rey de los judíos, simplemente es el Rey del Universo, contemplado en todas sus facetas, pero hoy desde la cruz.
Muchos le gritaban, lo insultaban, los soldados se burlaban de Él y decían: ‘si eres el rey, ¡sálvate!, uno de los malhechores le gritaba ¡sálvate y sálvanos a nosotros!.
Cómo a veces con nuestros hechos renegamos de Dios, le faltamos al respeto, no es que lo neguemos o que nos burlemos de Él, pero nos comportamos de una manera no conforme a nuestra condición de hijos de Dios, de cristianos que amamos a Cristo Rey del Universo.
Cuatro aspectos
Hoy propongo cuatro aspectos muy importantes que los invito a reflexionar.
- Primero: presentarnos ante Jesús con humildad, con sencillez, y alabarlo, bendecirlo: “Tú eres mi Rey, eres mi Señor, creo en ti y, como describe la carta de san Pablo a los colosenses, reconocer que Dios Padre nos ha hecho capaces de participar en la herencia de su pueblo santo, en el reino de la luz. Esas imágenes que vemos de alguien que llega ante un rey y se postra, así debe ser nuestra vida, alabarlo no sólo con el cuerpo, inclinando la cabeza, arrodillándonos, sino con nuestra vida.
- Segundo: acción de gracias. Hoy ante Jesús en la cruz, darle gracias ¿De qué tienes que darle gracias a Jesús? Hay tantas cosas que me da, tantos regalos. El mismo Pablo dice: demos gracias a Dios nuestro Padre, que nos ha dado a su Hijo, nuestro Rey. Siempre agradecidos, no como los soldados o la gente que lo insultaba, sino como el que le dijo: ‘Señor, cuando llegues a tu Reino acuérdate de mí’. Con humildad, contemplar a nuestro Rey morir para salvarme, y agradecerle todo el amor que nos da muriendo en la cruz.
- Tercero: pedir perdón. También con humildad y sencillez reconocer, Señor, te he fallado, no he cumplido, me has dado tareas y las he descuidado, me he comportado mal, reconocer nuestros errores, pero también pedirle perdón a Dios en las fallas con nuestros hermanos. Es fin de año, de evaluación, arrepentimiento, no sólo alabanza, acción de gracias, sino también pedirle perdón. Esto trasladado a propósito de la violencia y de que estamos llamados a construir la paz, debemos ver que es muy necesario el perdón entre nosotros.
- Y el cuarto punto: la súplica ¿Qué le pedimos? ¿Qué necesito? Aquel malhechor le pidió eso: ‘Acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino’ y Jesús le da un anuncio hermosísimo: ‘Hoy mismo estarás conmigo en el Paraíso’. ¿Qué le pido yo a Jesús hoy para mi salvación, santidad, conversión? ¿Qué le pedimos?
Les voy a pedir que en la misa pongamos atención en el prefacio de esta solemnidad. Es precioso, es un cántico lindo que te invito a escuchar:
“Porque has ungido con el óleo de la alegría, a tu Hijo único, nuestro Señor Jesucristo, como Sacerdote eterno y Rey del universo, para que, ofreciéndose a sí mismo como víctima perfecta y pacificadora en el altar de la cruz, consumara el misterio de la redención humana; y, sometiendo a su poder la creación entera, entregara a tu majestad infinita un Reino eterno y universal: Reino de la verdad y de la vida, Reino de la santidad y de la gracia, Reino de la justicia, del amor y de la paz.”
Medita este prefacio, acógelo como una oración que tienes que hacer vida en tu propia vida.
Que el Señor te bendiga, te fortalezca hoy y siempre en tu familia y en toda nuestra diócesis, que Santa María de Guadalupe te proteja y te abrace con su abrazo maternal y te acompañe siempre. Feliz domingo, Feliz semana.