Lectio Divina correspondiente al domingo 20 de abril. Domingo de Pascua. Reflexión y acción de la Palabra de Dios, con la guía de integrantes del Instituto Bíblico san Jerónimo…
Jorge Sánchez/ IBSJ
- Lectura: ¿Qué dice el texto?
Juan 20, 1-9
El primer día después del sábado, estando todavía oscuro, fue María Magdalena al sepulcro y vio removida la piedra que lo cerraba. Echó a correr, llegó a la casa donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: “Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo habrán puesto”.
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos iban corriendo juntos, pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro y llegó primero al sepulcro, e inclinándose, miró los lienzos puestos en el suelo, pero no entró. En eso llegó también Simón Pedro, que lo venía siguiendo, y entró en el sepulcro. Contempló los lienzos puestos en el suelo y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, puesto no con los lienzos en el suelo, sino doblado en sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, y vio y creyó, porque hasta entonces no habían entendido las Escrituras, según las cuales Jesús debía resucitar de entre los muertos.
Ahora hagámonos las siguientes preguntas:
El domingo aun de madrugada, ¿quién va al sepulcro de Jesús?, y al ver que estaba abierto, ¿qué hace María de Magdala? ¿Y qué les dice a los discípulos que encuentra?
Los dos discípulos salieron corriendo, primero llegó el otro discípulo, ¿y qué es lo que ve en el interior desde el acceso? Sin entrar espera a Pedro, quien al entrar, además de lo que ya había visto el otro discípulo, ¿qué más encuentra? El sudario que había sido puesto en la cabeza de Jesús no estaba junto a los lienzos, ¿dónde y cómo estaba?
Cuando entra el otro discípulo, atrás de Pedro, observa también el sudario doblado. ¿Qué ocasiona esto en él en ese momento? ¿Qué era lo que no había entendido de las Escrituras?
Interioricemos en el texto
El Evangelio nos muestra cómo reaccionan María Magdalena y dos apóstoles al encontrar el sepulcro vacío; a María le preocupó a dónde se habían llevado el cadáver del Maestro; por otro lado, la reacción de los discípulos fue distinta, Pedro entra y observa todo cuidadosamente, el otro discípulo entra después, como respetando la primacía de Pedro, y con sólo observar el sudario doblado, además de los lienzos, le basta para creer que Jesús ha resucitado y que en él se han cumplido las Escrituras. Quizás sea necesario aclarar que, si alguien hubiera robado el cuerpo del Maestro, no se habría dado a la tarea de quitarle los lienzos de su cuerpo ni mucho menos tener el cuidado de doblar el sudario, sobre todo que un cuerpo después de haber sido embalsamado con mirra y pasados ya días, retirar los lienzos hubiera sido muy complicado, así que era mucho más sencillo llevarse el cuerpo con todo y lienzos sin perder tiempo en doblar el sudario.
- Meditación: ¿Qué me dice Dios en el texto?
Para profundizar en el Evangelio contestémonos a nosotros mismos, con sinceridad, las siguientes preguntas:
Este domingo es el más grande para nosotros los cristianos, celebramos la resurrección de nuestro Señor y sobre todo, al igual que el discípulo amado, recibimos el don de la fe en la resurrección por los testimonios de todos aquellos que convivieron con el Resucitado presentes en las Sagradas Escrituras (Nuevo Testamento), los cuales han perdurado hasta nuestros días. ¿Son suficientes para ti esos testimonios y los de mártires que han sacrificado sus vidas por su fe a lo largo de la historia?
Hoy sabemos que Jesús nos redimió de nuestros pecados en la Cruz y que nos hace partícipes de su Resurrección a través de la fe y el seguimiento a su Palabra. Nos dejó en custodia de su Iglesia caminos seguros de salvación como son los sacramentos. ¿Has recurrido a ellos con regularidad? En nuestras parroquias siempre hay cursos, pláticas y catequesis para ayudarte a madurar en tu fe. ¿Estás dispuesto a crecer en tu fe y acercarte a Jesús Resucitado?
- Oración: ¿Qué le digo a Dios?
Gracias por tu Resurrección Señor Jesús,
derrotaste a la muerte y nos participas tu gloria.
Gracias por tu sacrificio en la cruz,
ayúdanos a aumentar nuestra fe
y alejarnos del pecado.
Amén.
- Contemplación:
Para intensificar la contemplación repitamos varias veces durante la semana un versículo de la Sagrada Escritura para que alimente nuestra fe:
«Su misericordia es eterna» (Salmo 118, 2)
- Acción: ¿A qué me comprometo con Dios?
La Cuaresma termina y da paso a la festividad más importante del cristianismo, la Pascua. Celebramos la resurrección, el triunfo de Jesús sobre la muerte. Felices de participar de la resurrección debemos ser testigos y dar ejemplo de las enseñanzas y vida de Cristo.
Propuesta: Participemos de nuestra alegría porque ¡Resucitó! Y dediquemos tiempo para mostrar su entrega siguiendo su ejemplo; compartamos con nuestros familiares y amigos ese sentimiento y con los necesitados también llevemos momentos de alegría a través de compartir con ellos alimentos y juguetes. Para su entrega puedes apoyarte en el Ministerio de Caridad de tu parroquia.


































































