Lectio Divina correspondiente al 07 de agosto, Domingo XIX del Tiempo Ordinario … Reflexión y acción de la Palabra de Dios, con la guía de integrantes del Instituto Bíblico san Jerónimo…
Jorge Sánchez/ IBSJ
- Lectura: ¿Qué dice el texto?
Lucas 12, 32-48
No temas, pequeño rebaño, porque el Padre ha querido darles el reino. Vendan sus posesiones y den limosna. Acumulen aquello que no pierde valor, tesoros inagotables en el cielo, donde ni el ladrón ronda ni la polilla destruye. Porque donde está tu tesoro, allí estará tu corazón.
Estén preparados y con la cintura ceñida, y con las lámparas encendidas. Sean como los criados que están esperando a que su señor regrese de la boda, para abrirle en cuanto llegue y llame. Dichosos los criados a quienes el Señor encuentre despiertos cuando llegue. Les aseguro que se pondrá el delantal, los hará sentarse a la mesa y se pondrá a servirlos. Si viene a medianoche o de madrugada, y los encuentra así, dichosos ellos. Tengan presente que, si el amo de la casa supiera a qué hora va a venir el ladrón, no lo dejaría asaltar su casa. Por tanto, ustedes estén preparados, porque a la hora en que menos lo piensen vendrá el Hijo del hombre. Entonces Pedro le preguntó: –Señor, esta parábola ¿se refiere a nosotros o a todos? Y el Señor le respondió: –Ustedes sean como el administrador fiel y prudente a quien su señor colocó al frente de su servidumbre para distribuir a su debido tiempo la ración de trigo. ¡Dichoso ese criado si, al llegar su señor, lo encuentra haciendo lo que debe! Les aseguro que lo pondrá al frente de todos sus bienes…. A quien se le dio mucho, se le exigirá mucho; y a quien se le confió mucho, se le pedirá más. (Texto tomado de la Biblia de América)
Después de haber leído el evangelio, hagámonos las siguientes preguntas para una mejor comprensión del texto:
Inicia la lectura de nuestro evangelio este domingo con un aviso de Jesús para su nosotros ¿Qué ha querido darnos el Padre? La recomendación es acumular tesoros, pero ¿dónde acumularlos? Ahí no podrá llegar el ladrón por ellos. ¿Dónde dice Jesús que se localiza nuestro corazón?
Jesús, a través de una parábola, muestra a sus discípulos la importancia de estar siempre preparados para servir; como el Señor los reunirá en torno a la mesa, se pondrá el delantal y ¿Qué más hará por ellos?
¿Qué pregunta le hace Pedro al Maestro?
Jesús responde a Pedro con la llamada parábola del “administrador fiel” y concluye diciéndoles ¿A quiénes se les exigirá y pedirá más?
Breve Estudio Bíblico
Las primera y segunda lectura correspondientes al domingo XIX nos hablan sobre la fe del pueblo de Dios y por eso son importantes para nosotros que somos su rebaño.
San Lucas nos recuerda la manera como Jesús enseñaba a través de parábolas de fácil comprensión para el “pequeño rebaño”, como se dirige con cariño a sus discípulos. En aquella época ceñirse la cintura era sinónimo de estar activos, listos y dispuestos para trabajar; tener prendidas las lámparas significaba cotidianamente estar despiertos, atentos, vigilantes. Así que con la sencillez de las parábolas Jesús clarifica cómo se debe estar preparados para la venida del Señor. Importante también como Jesús prefigura ya la cena eucarística al detallar como se recompensará a los servidores que estuvieron dispuestos y atentos a la visita del Hijo del hombre.
Pedro hace una pregunta que el Maestro contesta reforzando la actitud de servicio que debemos tener todos, pero especialmente quienes están al frente como “administradores fieles”. Habrá quienes reciben poco, quienes reciben suficiente y otros de más, pero en todos los casos estos dones son para “administrar” y aplica tanto para lo material como lo espiritual. Nos queda claro que el evangelio nos pide e incluso nos exige una adecuada administración de lo que hemos recibido, de lo que Dios nos facilitado.
- Meditación: ¿Qué me dice Dios en el texto?
Para profundizar en el Evangelio contestémonos a nosotros mismos, con sinceridad, las siguientes preguntas:
El evangelio según san Lucas esta semana nos hace un llamado a la reflexión sobre lo que cada uno de nosotros consideramos un tesoro; nuestros afanes y nuestras posesiones materiales son solo temporales y más bien debemos transformarlas en tesoros, tesoros de amor, de ayuda y servicio por el necesitado ¿Crees ya tener tesoros en el cielo? ¿te falta acumular más tesoros en el cielo?
Jesús nos llama a estar listos, dispuestos para poner nuestra fe en acción, con nuestra cintura ceñida y despiertos para él y el amor al prójimo. Nos habla de una recompensa que prefigura nuestra eucaristía de la cual hoy participamos. ¿Eres congruente con el evangelio? ¿Estás despierto, atento para servir al necesitado?
Jesús utiliza la parábola del “administrador fiel” para concientizarnos, como cristianos, de que lo que hemos recibido de más es solo para administrarlo, para hacerlo llegar a otros y esto va más allá del plano meramente material. ¿Acompaño espiritualmente a otros? ¿Cuándo efectuó mis oraciones personales intercedo por las necesidades espirituales de los demás? ¿Apoyo espiritualmente a los sacerdotes de mi parroquia?
- Oración: ¿Qué le digo a Dios?
Señor Jesús,
que tus palabras que llegan a mí
a través de las Sagradas Escrituras
abran mi corazón, mi entendimiento y mi voluntad
para ser parte de tu rebaño.
Señor,
Quiero acumular tesoros en el cielo,
Que mi corazón esté contigo y no en las posesiones materiales,
ayúdame a ser un administrador fiel de lo poco o mucho que he recibido,
Amén.
- Contemplación:
Para intensificar la contemplación repitamos varias veces un versículo de la Sagrada Escritura durante la semana para que alimente nuestra fe:
« Donde está tu tesoro, allí estará tu corazón » (Lucas 12,34)
- Acción: ¿A qué me comprometo con Dios?
El domingo XIX del tiempo ordinario, el evangelio según san Lucas nos recuerda varias de las características que debemos mostrar como cristianos poniendo nuestra fe en acción a través del servicio y las buenas obras compartiendo con los demás como buenos administradores.
Propuesta: Para esta semana propongámonos estar vigilantes a las necesidades de los demás y estar dispuestos a servir y ser buenos administradores de los dones recibidos de Dios. Podemos ayudar directamente a otros o a través del ministerio de caridad de nuestra parroquia.
Primera Lectura: Sabiduría 18, 6-9
Salmo 32
Segunda Lectura: Hebreos 11, 1-2. 8-19
Color: Verde