Gustavo Méndez Aguayo/ Abogado y contador
Escrito está que un ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le anunció que María, su mujer, estaba en cinta por obra y gracia del Espíritu Santo, y que daría a luz un hijo, pidiéndole lo llamará Jesús, que él sería quien salvará a su pueblo de sus pecados, por lo que José como hombre justo que era, obedeció, convirtiéndose en padre del Jesús, a quien cuidó y educó.
Pocas veces hemos escuchado la frase instinto paternal, sobre la cual trataré de reflexionar teórica y prácticamente, desde mi perspectiva de padre. Instinto paternal es el vínculo de la relación entre padre e hijo, derivado de una paternidad responsable a partir de la concepción, durante la gestación y al momento del parto. Considero que es un concepto que cada vez debe reflexionar con mayor frecuencia dentro de la sociedad, ya que seguramente le traería aparejada grandes beneficios, derivado de una paternidad responsable.
Hoy en día encontramos más padres haciendo el rol de padre y madre, por diversas razones; en mi experiencia, derivado de procesos judiciales en los que a los papás les otorgan la guardia y custodia de los hijos, en función de que le acreditan al juez tener mayores y mejores habilidades de crianza o incluso porque las madres abandonaron a sus hijos o en el mejor de los casos porque voluntariamente se la concedan al padre de sus hijos.
Ser padre es una bendición, dicen algunos, otros se refieren a la paternidad como un compromiso, incluso algunos dicen que es un privilegio o una responsabilidad, lo cierto es que muchos la asumen a carta cabal, esto es, dándoles el mejor ejemplo a sus hijos, empezando por llenarlos de amor, porque amar a un hijo es llenarle la vida de momento únicos, trascendentes, de esos que dejan huella para toda la vida.
Amar a un hijo no es nada fácil, máxime cuando se confunde el amor con consentir, siendo que el amor implica apoyar al hijo (a), conocerlo, compartir sus intereses, respetarlo a él y sus decisiones, no es condescender en todo lo pide un hijo.
Al hijo se le debe hablar claro y con la verdad, pues esto incidirá en una comunicación paterno filial de apego y confianza, así mismo, estaremos desarrollando en él seguridad, lo que implica que es más probable que tome en su vida buenas decisiones, debido a que sus pensamientos, sentimientos, actitudes, estarían bien encauzados y con ello bien podríamos decir que el desarrollo de su personalidad sería íntegro.
Hoy en día se requieren hijos seguros, fuertes, llenos de confianza en ellos mismos y en su padre, para enfrentar los retos que la sociedad actual les presenta. Sabedores somos de que, hoy por hoy, la tecnología -aun en sus bondades- tiene su lado oscuro, y qué decir de las tentaciones y retos a los que son expuestos.
Por eso debemos darles afecto constante, -brindarles tiempo-, dejar de lado aquello que te aqueja de tu infancia: si tu padre no fue cariñoso contigo, bríndale a tu hijo ese cariño, si tu padre no tuvo tiempo para ti, dale tiempo a tu hijo, no importa incluso si eres padre divorciado, (de tu hijo no te divorciaste).
Es tiempo de cambio, tiempo de transformar y de fortalecer la paternidad. Vaya mi felicitación y reconocimiento a todos los padres en su día. Y no es que yo sea un aguafiestas, pero quedan fuera de mi felicitación aquellos que solo se dedican a engendrar y abandonan, pues a ellos ni siquiera deberíamos llamarlos padres.