Mtra. Yadira Lozano/ Politóloga
Si algo le gusta a la gente del norte, es una carne asada, alrededor de ello hay un entorno que nos envuelve en aromas, sabores, amistades y un ambiente al aire libre. La «carnita asada» nos convoca y organiza rápidamente, es una avenida por la que muchos transitamos con experiencias que se disfrutan.
Semanas atrás, durante el mes de julio, conocimos de la detención del ex gobernador César Duarte, un hecho que, en el tema del combate a la corrupción, representa poner la carne en el asador. Viene con ello sazonar y dar el punto de cocción para saborear un buen corte. Los aditamentos de esa carne asada se verán semana a semana, como lo ocurrido hace unos días con la implicación que hace la Fiscalía General del Estado de Chihuahua a Juan Ramón Collado, por peculado.
Ambas notas las publiqué en mi Facebook, quienes las leyeron dieron “me gusta” supongo que en una manifestación de aprobación por el hecho; sin embargo, en comentarios, percibí una clara manifestación de posibilidad de impunidad.
Coincidentemente en estos días, Leo Zuckermann en su programa “Es la hora de opinar”, planteó a Denise Dresser, Pablo Majluf y Mario Arriagada la pregunta ¿por qué roban tanto los políticos en México? Desde diferentes perspectivas, los panelistas tuvieron una visión enfocada en lo sistémico, en lo cultural o en lo personal.
Benito Nacif, catedrático del CIDE, señala que las reglas definen el orden político y que las instituciones lo sostienen, siendo las instituciones los mecanismos que hacen que los individuos y los grupos sigan las reglas, permitiendo que las leyes no se conviertan en letra muerta.
Agrega que los mecanismos son las sanciones externas y los valores interiorizados.
Bien, para ejemplificarlo bajo la mirada del combate a la corrupción podemos hablar de sanciones externas como herramientas de sanción formal o informal. Es decir, de acuerdo a lo formal esperamos el juicio correspondiente, los años de encarcelamiento, la devolución de lo robado y el resarcimiento del daño. La sanción informal, puede estar en manos de la ciudadanía, quienes, a través de la desaprobación social, presionan para el cumplimiento de ciertas normas.
Las sanciones informales son importantes en el seguimiento y exigencia a las instituciones. Para Chihuahua, la detención del exgobernador es una esperanza frente a una lucha social de años, pero no un término de un proceso de justicia.
Justicia implica seguir el debido proceso a todos los implicados y una sentencia acorde a los hechos de corrupción de los cuales se les acusan.
Lamentablemente, a la actual administración le quedan meses en funciones, algunos procesos son del orden federal (donde puede no existir el mismo interés en una resolución) y otros del orden estatal. Los líderes de opinión, de cámaras empresariales o de organizaciones de la sociedad civil, se sitúan en un escenario determinante para exigir que en la agenda de los políticos y de los candidatos a puestos de elección popular, se comprometan a continuar los procesos. De manera que la no manifestación declarada les implique la pérdida de oportunidades para participar en la contienda política, o bien, sea tan evidente para los ciudadanos, que surta un efecto decisivo de negativa al emitir su voto.
La agenda discursiva del combate a la corrupción está presente en los diferentes partidos políticos. Sin embargo, la laxitud frente a los hechos la relativiza. Es aquí donde cobra importancia la congruencia de los liderazgos, entrando en juego el mecanismo de los valores interiorizados.
¿A quién de ustedes no le interesa el combate a la corrupción?
Mantenerse al margen de esta agenda puede convertirnos en cómplices del desencanto social, que tiene consecuencias en el proceso democrático.
La participación ciudadana es una apuesta que reditúa, tal lo muestra el índice de percepción de la corrupción 2019, donde en América Latina sobresalen Uruguay y Chile por sus bajos niveles. En coincidencia, en el índice de participación ciudadana destaca Chile; desde donde podemos plantear la hipótesis de que, a mayor participación ciudadana, menor corrupción.
Corresponde a los liderazgos chihuahuenses fortalecer las instituciones, en ello puede colaborar una ciudadanía activa y un auténtico sentido de encontrar la verdad y llamar las cosas por su nombre. Te invito a una carne asada, ¡Sumemos en el combate a la corrupción! ¡Que la justicia para Chihuahua sea una agenda de todos!