Mons. J. Guadalupe Torres Campos/ Obispo de Ciudad Juárez
Buen domingo, les saludo con gran gozo. Hemos sido bendecidos por Dios con la lluvia, a pesar de lo que ocasiona en la ciudad, siempre es una bendición.
Estamos en el domingo 21 del Tiempo Ordinario, hemos estado meditando el capítulo sexto de san Juan, con el tema eucarístico, Jesús, pan de vida, la multiplicación de los panes, Jesús que alimenta a las multitudes. Y hemos escuchado expresiones importantes para nuestra fe, como las de hoy en este trozo de su evangelio.
Una expresión muy fuerte: ‘Mi carne es verdadera comida, mi sangre es verdadera bebida’. Es un tema eucarístico, Jesús, el pan de vida, el que me come tendrá vida eterna, verdadera comida y verdadera bebida, nos remonta hasta la institución de la Eucaristía, a aquel jueves de la Última Cena: ‘Tomen y beban…’
Hoy reafirma Jesús, con toda fuerza: ‘mi carne es verdadera comida’. Nosotros creemos en la Eucaristía, en la presencia real de Cristo en la Eucaristía, que se hizo alimento, comida y bebida para nosotros. La Eucaristía vida, amor, y alimento para alcanzar la Vida eterna.
Pero algunos se escandalizan, a algunos les molestó esta expresión y llegan a decir ‘Este modo de hablar es intolerable’, se escandalizan. Siempre hay en la Iglesia o en el mundo gente que no entiende no quiere creer, no acepta a Jesús, a Dios, su Palabra, que considera que el evangelio es intolerable, y hoy con todas las ideologías, los pensamientos modernistas, muchos se sienten con derecho, entre comillas, de criticar a la Iglesia, de señalarla, como entonces aquella gente con su ‘este modo de hablar es intolerable’.
Jesús reclama ese gesto de intolerancia, Jesús señala que están equivocados por no aceptar su Palabra, por escandalizar. Hoy nos pregunta la Palabra de Dios ¿Cómo anda tu fe? ¿Aceptas la palabra de Dios, todo el misterio de Cristo, su Pasión, su Muerte?, ¿Crees en la Eucaristía, en la presencia real de Cristo en la Eucaristía? ¡Pregúntatelo! Y si creo, ¿Me acerco al misterio para comulgar, para tomar el Cuerpo de Cristo: como algo importante para mi vida, para mi salvación, para la vida eterna?
Pregunta importante
Jesús se vuelve hacia sus discípulos y muy directamente les pregunta, ¿Ustedes también quieren dejarme? Es que aquellos que se escandalizaron prefirieron dejar a Jesús, no seguirle, y la pregunta es muy clara para los discípulos y hoy para nosotros: ¿También quieren dejarme? ¿Quiero dejar a Jesús? ¿Quiero abandonarlo? ¿No quiero seguir sus pasos?
Es motivo de reflexión muy serio: seguir a Jesús con todo lo que implica ¿Lo sigo a medias?, ¿Pongo condiciones?, ¿A veces sí, a veces no?, ¿Cuando me nazca?
¿Ustedes también quieren dejarme? ¡Qué importante pregunta!, y ¿Qué le voy a responder a Jesús?, no solamente de palabra, ¡Con la vida, con los hechos, con tu conversión!
Simón Pedro, siempre importante por su liderazgo, le dice: ‘Señor, ¿A quien iremos?, Tú tienes palabras de vida eterna’. Y luego añade: nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios, el Mesías, el Salvador, el Cristo.
Con estas palabras Pedro confiesa una vez más su fe en Jesús y su disposición de seguirlo. Tú y yo, con palabras, con hechos, con mis obras, decirle también: ‘Tienes palabras de Vida Eterna, te seguiré, creo en ti’. Un conocimiento y un seguimiento fiel al Señor.
Jesús nos confronta con su Palabra. A veces no queremos que nos cuestione nadie, pero Jesús nos interpela, nos cuestiona, y eso es bueno, dejarnos interpelar por Cristo para una respuesta generosa y fiel a su llamado.
La invitación hoy para todos es decir “Señor, creo, quiero seguir caminando junto a ti, porque tú eres el Mesías, tus palabras son vida y creo en la Eucaristía, que tu cuerpo es verdadera comida y tu Sangre verdadera bebida de salvación. Gracias por cuestionar mi vida, dame tu gracia y tu Espíritu para seguir caminando fiel contigo.