Dolor e indignación dejó el accidente vehicular ocurrido el pasado 7 de septiembre en Ciudad Ahumada, Chihuahua, cuando un tractocamión se descontroló y, al no contar con frenos, se impactó con varios automóviles particulares y posteriormente contra algunos puestos de comida en la famosa zona donde se venden los tradicionales burritos.
Diez personas fallecieron en el accidente, en el que hubo otras personas lesionadas e incontables daños materiales.
Varias versiones sobre el accidente fueron dadas a conocer por medios de comunicación antes de conocerse la versión oficial que indica que el chofer conducía intoxicado, y además el vehículo le fallaron los frenos.
Por ello la pregunta de esta semana es:
¿Cuáles lecciones nos deja el accidente ocurrido en Ciudad Ahumada?
Me es difícil expresar los acontecimientos tan dolorosos y tristes por lo que pasó nuestra gente. A pesar de no encontrarme en la ciudad en esos momentos y ver lo que sucedía por medio de un video que se transmitía en vivo, fue impactante .
Quería volar y estar ahí con mi gente, mi familia, mis empleados.
Dios nos dice en su Palabra: “Estén preparados porque no sabemos el día ni la hora en que vendrá el Hijo del Hombre” (Mateo 24: 36).
Las lecciones que nos puede dejar este trágico accidente pueden ser muchísimas, pero quiero destacar una de ellas: que siempre debemos encomendarnos a Dios al salir de casa, poner a Dios siempre delante de nosotros para caminar siempre de su mano. Decirle a nuestra familia un ‘te quiero’ cada día, respetar y amar a nuestros semejantes, tener siempre fe en las promesas de Dios.
Y que estemos siempre a la orden para apoyar en lo que esté a nuestro alcance realizar para ayudar a los demás.
Martha Hernández/ comerciante Ciudad Ahumada
El saber valorar nuestra vida, porque hemos olvidado que somos peregrinos en esta tierra, que todo cuanto tenemos nos fue dado para administrarlo. Hemos perdido el sagrado temor a Dios en que le faltamos al darnos “ciertos permisos”, como el andar acelerados en la vida, no se diga en las calles, si tenemos la oportunidad, que son los que en determinado momento trasgreden las leyes establecidas, ya no cuidamos al otro como a uno mismo.
Esta tragedia nos debe abrir los ojos hacia el otro, el cual es mi hermano y está compartiendo conmigo este camino y es imagen de Dios.
Nos encontramos alergados en nuestra manera de hacer y decir las cosas, que nosotros desafortunadamente ponemos como medida.
Por otro lado vemos la gran falta de cultura vial, ya no somos cordiales y amables para con los demás al manejar, nos sobrepasan las cosas y queremos acelerar antes que perder nuestro lugar.
Tambien se debe mantener en buenas condiciones a las unidades de desplazamiento, con
el fin de poder cuidar a quienes nos encontremos en los distintos trayectos de
nuestro camino.
Una búsqueda de mejores condiciones para el cuidado y seguridad nuestra gente.
Pbro. Fernando De Santiago/ Párroco de Santa María Magdalena/ Ciudad Ahumada
Como dice la frase: más vale prevenir que lamentar, pero mientras no sucede nada, nos acostumbramos a las condiciones irregulares que prevalecen: el constante exceso de velocidad en la carretera a la altura del poblado, el saber que algunos conductores de camiones pesados usan sustancias para un “mayor rendimiento” en su trabajo, la falta de medidas y vigilancia para presionar a que se baje la velocidad al llegar a la comunidad, en fin, una larga lista de etcéteras que se conjugaron para dar lugar a una lamentable tragedia que sumió en el dolor a muchas familias, locales y foráneas.
La lección sería no esperar a que ocurran desgracias para estar atentos y denunciar las situaciones de riesgo; manifestar y hacer frente común para exponer en su momento malas prácticas en cualquier rubro y exigir a las autoridades correspondientes que cumplan con sus responsabilidades para conseguir carreteras más seguras, porque el peligro no sólo está en el poblado, sino a lo largo de los kilómetros de carretera que separan a una ciudad de otra.
Otra lección muy triste es saber que, aún en ocasiones de tan inimaginable sufrimiento para mucha gente, existen personas sin escrúpulos que se aprovechan de la desesperación para quedarse con las pertenencias de las víctimas. No se vale, ésas son personas muy necesitadas de la misericordia de Dios.
Profr. Servando Contreras/ maestro de educación básica
Desde mi punto de vista como trailero, la educación vial en los automovilistas particulares es muy escasa. La mayoría de la gente no sabe que el trailero debe de llevar una distancia considerable para alcanzar a frenar. Las personas al tratar rebasar a un trailero, en cuanto piensan que caben, se meten y eso hace que a veces el trailero volantee un poco, o frene repentinamente o cualquier cosa para evitar una colisión o un accidente.
Respecto a lo que pasó en Villa Ahumada, el trailero se quedó sin frenos, eso fue un factor; venía pitando y se le atravesó un coche, por que quiso ganarle al trailer. Al trailer no lo paras en 2 ó 3 segundos, en 10 ó 15 metros, y menos si va cargado.
Si ves que viene un trailer a alta velocidad, con las preventivas prendidas y todavía viene pitando, es para que se quiten del camino, ¿En qué cabeza cabe qué uno le va a ganar el paso o que va a tener chance de meterse o rebasarlo y que no pondrás ninguna vida en riesgo? Yo lo estoy viendo desde el punto de vista del trailero.
Un trailero no está excento de ningún accidente. Siempre debe de tomar su distancia, ¿cómo es esto? No se puede bajar a medias distancias, el espacio entre auto y trailer, no es si le alcanzas a ver las llantas al carro de enfrente, eso solo aplica entre carros. Lo que nosotros hacemos es tomar un punto de referencia lejano, en cuanto el carro pase ese punto de referencia, se cuentan mínimo 6 segundos. Si nos pasamos esa referencia y la cruzamos en menos de 6 segundos, quiere decir que tenemos que frenar para aumentar la distancia. Si se tienen más de 6 segundos la distancia es perfecta.
En pocas palabras, la educación vial qué tenemos aquí en Juárez o en el estado de Chihuahua, es mediocre a cualquier nivel, tanto automovilistas, motociclistas como choferes. Hablando de los automovilistas, hay algunos muy precipitados, otros que conducen muy despacio, hay unos que llevan exceso de dimensiones. Debe haber un buen filtro para decir cuáles personas sí pueden manejar y cuáles no. A diferencia de los que manejan su vehículo particular, los choferes tenemos que ir un mes completo a una escuela donde todos los días nos enseñan factores, riesgos, qué hacer en caso de emergencia, etcétera. Es un mes en que todos los días te tienen practicando y aun después de entrar a una empresa, te tienen otro mes manejando con un chofer que te está enseñando. Ya después de ese mes, si tu guía dice que eres apto, te mandan a trabajar por cuenta propia.
Me ha tocado ir a 10 km por debajo de la velocidad límite y pasan autos muy pegados a mí, rebasándome y metiéndose en frente, sin importar el accidente qué podrían provocar.
Al trailero siempre lo ven como el malo, como el culpable, porque no saben por todo lo que pasamos todos los días, no conocen todo el entrenamiento que se nos da, toda la práctica. Cuando se ponen a ver que hay mucha gente que consigue su licencia de chofer particular por debajo del agua, con algún conocido, eso es lo que se tiene que erradicar, la corrupción qué hay para otorgar esas licencias.
Regresando al caso de Ahumada, para mí los dos fueron culpables, tanto el auto que se atravesó, como el chofer, ya que no venía en sus cinco sentidos según las pruebas que se le hicieron. La otra persona al metérsele así de brusco, lo chocó y fue lo que ocasionó que perdiera el control y tristemente fallecieron muchas personas.
Fernando Martínez/ Trailero