Leonel Larios Medina | Sacerdote católico y licenciado en Comunicación Social
Seguramente has escuchado este par de palabras al igual que yo, porque se ha utilizado los últimos meses como bandera para liberar recursos. La mayoría de las naciones democráticas han de tener este apartado cuando ven en riesgo su soberanía, como el caso más reciente de Ucrania. Sentirse seguro en tu nación, es un derecho de todo aquel que ha nacido en esta tierra o ha sido adoptado legalmente como patriota.
Lo que me llama la atención es que a una obra pública le den este título. Construir el tren maya, como proyecto debe ser auto-justificable en la manera de obtener recursos, cuidar el medio ambiente y no beneficiar su ruta a unos cuantos que empezaron a comprar predios al lado del camino. La verdad no alcanzo a comprender por qué se usa o se abusa de este término cuando realmente hay otras cosas que nos hacen sentirnos inseguros.
La semana pasada fue una de las más violentas en el país. Grupos usan como distractores el quemar vehículos, tiendas de conveniencia, etcétera; casi como un sistema de guerrillas. Los noticieros llenan su espacio con malas noticias de muertos y ataques, pero la lista de detenidos termina siendo de los primos del último en el eslabón criminal, que terminarán quedando en libertad por inconsistencias o alguno que otro chivo expiatorio para llevar de hojas los expedientes.
Los órganos de inteligencia parecen estar sedados, pues no encuentro claridad en las políticas públicas o el plan de seguridad. ¿Cómo? Por los resultados. La crisis económica por la que estamos pasando provoca pobreza, la pobreza delincuencia. Así de sencilla la ecuación. El poder de tener armas para intimidar y someter, es uno de los factores más preocupantes. Los delincuentes poseen arsenales propios del ejército, y los soldados de aquí a que llegan, no alcanzan a apoyar a los policías pobremente armados.
La gobernabilidad, el estado de derecho y vivir como gente civilizada, parece cada vez más una ficción o cuento de hadas. Estoy convencido que donde se deben dirigir muchos recursos es en la educación, no para hacer una generación 4T, o 5G, o X-men, sino ciudadanos responsables. Hombres y mujeres de buena voluntad. Promover los valores como respeto a la vida, la justicia, el derecho, los deberes, la verdadera libertad y la seguridad.
No son las cámaras o las alarmas, las rejas o los perros, los que nos darán seguridad. Saber que, si alguien la hace, la paga. Junto a la cultura de la denuncia, debe estar la aplicación justa de la ley. ¡Basta de impunidad a todos los niveles! En Suiza dicen que hay diez millones de policías. Es decir, cada ciudadano vela por el cumplimiento de la ley. Querer dar una mordida para brincarte la línea, te puede hacer comparecer por intento de soborno y una fuerte amonestación.
Una sociedad armónica, necesita que cada quien haga lo que le toca. Los estudiantes que estudien, tengan libros, aulas y buenos profesores. Los trabajadores, trabajen haciendo de la mejor manera sus tareas, y verse justamente remunerados. Los servidores públicos, como empleados de la sociedad, hagan su trabajo, más mirando al bien de la gente que a obtener un boleto para la siguiente función. A todos nos toca construir un mejor país, no abusar de términos para obtener recursos. Ni pensar que todo, por decir que le damos este título de seguridad, sea afectivo para lograrla. Esperamos como ciudadanos que nuestras autoridades, orquestando bien a todos, logremos juntos una verdadera seguridad nacional.