Mons. J. Guadalupe Torres Campos
Espero que se encuentren de maravilla, bendecidos por el Señor. Les saludo con mucho cariño. Domingo XV del Tiempo ordinario. Hay que agradecer la lluvia, ha estado lloviendo y a pesar de las dificultades que enfrenta la ciudad, la lluvia siempre es una bendición.
Este domingo 15 del tiempo ordinario el tema es vocacional: el llamado, pero un llamado muy particular y concreto a todos. El llamado es para todos los bautizados, los que formamos parte de la Iglesia.
Seguimos en el evangelio de san Marcos, en el que Jesús llamó a los 12, Pedro, Andrés, Santiago, Juan, Mateo, Tomás, llamó a los 12 y los envió. Dos aspectos muy importantes: el llamado y el envío. Hoy a ti te llama, a mí me llama, hoy podríamos decir, en un sentido eclesial, somos parte de los doce, somos discípulos, apóstoles de Cristo por el Bautismo. Pero hay que asumirlo y ser conscientes del llamado y del envío que es muy concreto, a evangelizar.
Desde el Concilio Vaticano II y los papas Pablo VI, San Juan XXIII, San Juan Pablo II, Benedicto XVI y hoy el Papa Francisco nos recuerdan que parte esencial de la identidad de la iglesia, es ser iglesia evangelizadora, una iglesia misionera, en salida.
Veamos el texto: llamó a los doce y los envió: dice que les dejó poder, no el poder del dinero o de los bienes y riquezas, sino el poder de su Palabra, el poder de su Espíritu, el poder de su gracia, de su presencia, el poder de su amor. Nos da su Cuerpo y su Sangre y va con nosotros.
Es importante las recomendaciones prácticas y concretas que da a los discípulos y hay que aplicarlas a nosotros: ir ligeros de equipaje en el sentido material, no llevar tantas maletas que nos estorben, pero también ligeros en el sentido espiritual, no ir cargando pendientes preocupaciones, sentimientos malos, ¡libres de todo lo malo!
Ya en concreto les dice lo que no deben llevar: maletas, bolsa de viaje, ni dinero. Vayan con la confianza en Dios, Él proveerá el sustento, claro, hay que llevar lo esencial para alimentarnos, pero no ir sobrecargados de cosas del mundo. Llevar una recta intención, alegría. Por eso deja tu tristeza, preocupación, egoísmo, coraje, soberbia. Y entrégate a la misión. Ve a evangelizar. No llevar dos túnicas. Sólo una. Todo va en el sentido de la total entrega. Llevar la túnica del cristiano bautizado, como decimos hoy, la camiseta bien puesta del cristiano católico, discípulo-misionero, la túnica de la gracia que te impusieron el día que fuiste bautizado. Y eso implica una actitud de amor, no de prepotencia, no de creerme mucho, sino actitud de humildad y sencillez.
Elementos para llevar
¿Qué hay que llevar?: un bastón, símbolo de autoridad y también de sobrevivencia ante los peligros del mundo y de la tentación. Yo como obispo, sucesor de los apóstoles llevo el báculo, y el obispo tiene la autoridad para enviar a sacerdotes, diáconos, los mismos laicos en sus ministerios.
Un par de sandalias simples, sencillas, como símbolo del que camina ligero, caminar y caminar, junto a los demás, como la Iglesia, recorrer los caminos, tocar las puertas, eso significan las sandalias.
Y como el profeta Amós así podemos decir nosotros: No soy profeta, pero el Señor me llamó… me sacó del rebaño y me dijo, ve y profetiza a mi pueblo.
Hoy urge que asumamos la misión, los párrocos con su gente, organizarnos, sectorizar la parroquia: evangelizar y profetizar a mi pueblo a mi parroquia, a mi comunidad, a mis vecinos.
Y la recompensa es saciarme de la gloria de Dios, de su amor y cercanía. Lo demás es basura, diría Pablo, mi recompensa es Dios
Conversión
Uno de los objetivos de la evangelización es la conversión , volvernos a Dios, pero invitar con mi palabra y testimonio a los demás. Volvernos todos al buen camino, a Cristo, el Señor.
Por eso le decimos en el Salmo Responsorial, ‘Muéstranos, Señor, tu misericordia’ y pedir por estas personas que voy a evangelizar.
Esas fueron las condiciones que Jesús dio a sus discípulos al mandarlos. Hoy la pregunta sería en nuestras circunstancias, en nuestra diócesis, parroquia, comunidad ¿Cómo será el llamado que hoy que me hace el Señor? ¿Qué me pediría que deje, que no lleve? No sé, tu laptop… además de que no lleves tu enojo, timidez, soberbia. Y ¿Qué me pediría el Señor que lleve?…Mi disponibilidad, mi sonrisa, mi fe…
Que el señor nos ayude, nos proteja y María Santísima nos acompañe, madre de la misión, madre evangelizadora, primera misionera que nos da a su hijo Jesucristo.
Que tengan domingo maravilloso, cuídense y vivan con la fuerza de su fe este llamado que el Señor nos hace.