Presencia
Causando gran decepción entre los aficionados mexicanos, la Selección Mexicana de fútbol se despidió del Mundial Qatar 2022, tras haber logrado solo cuatro puntos, luego de empatar con Polonia, perder con Argentina y ganar a Arabia Saudita.
Fue la diferencia de goles el factor decisivo en su contra para quedar fuera de toda posibilidad de avanzar a los Octavos de Final.
Tras el fracaso, las críticas a la propia selección así como a la Federación Mexicana de Fútbol han persistido. Por ello la pregunta de esta semana es:
¿Qué opina del desempeño de la Selección mexicana de futbol en el Mundial 2022 y cómo cree que pueda mejorar? -si es que vale la pena que las autoridades del deporte le dediquen tiempo y recurso-
La eliminación de México en fase de grupos, es decir, después de haber jugado apenas tres partidos en el Mundial Qatar 2022, se debe en gran parte a los intereses económicos que hay alrededor de la Selección Nacional y que pesan más sobre el interés deportivo, lo que al parecer lleva a que algunos de los jugadores sean seleccionados por ser más populares que otros, o incluso para darles oportunidad de poder presumir que han estado en más de una Copa del Mundo.
Por su puesto que esta situación se puede mejorar, pero los directivos del futbol deberán a estar dispuestos a sacrificar durante dos o tres Mundiales una buena cantidad de los ingresos económicos que genera el Tri y también dispuestos a no obtener buenos resultados en el aspecto deportivo, lo cual no sería algo nuevo, pues desde que se creó esta competencia en 1930 México nunca la ha ganado.
Para mí, la solución es hacer un plan a largo plazo, hablo de 20 o 24 años, es decir que para las ediciones de 2042 o 2046 la Selección Mexicana entonces sí deberá estar en condiciones de pelear para ser campeona del mundo. Alguien me dijo que eso es mucho tiempo, pero bueno, de todos modos en casi cien años no se ha levantado la copa.
¿Y por qué a 20 o 24 años? Porque hay que empezar a hacer desde ya un trabajo bien planeado con los niños y jóvenes, de tal manera que los que hoy tienen 10, 11, 12 años sean los que dentro de 16 años vayan al Mundial no con el mediocre pensamiento del quinto juego, sino pensando en llegar a semifinales. Y los que hoy tienen cinco, seis, siete, ocho años sean los que aspiren a estar en la final y ganarla.
En ese proceso, podría suceder que México quede eliminado después de tres o cuatro juegos en el 2026 (que somos sede con Estados Unidos y Canadá), y tal vez que ni siquiera se califique a las ediciones del 2030 y 2034, ese es el sacrificio que tendrían que hacer los involucrados con la Selección Mexicana debido a las pérdidas económicas que habría, pero todos con la firme convicción de que la meta está puesta más allá de esos años, cuando entonces sí los seleccionados lleguen al Mundial con una base fuerte, producto de un proceso bien planeado y ejecutado durante varios años, lo que implica que también se tienen que hacer cambios en la Liga MX.
Pero acá entre nos, dudo que mucho que los flamantes directivos de la Federación Mexicana de Futbol tengan el valor de hacer algo así, prefieren seguir con sus proyectos a cuatro años, haciendo prácticamente lo mismo que, hasta ahora, no ha dado resultados.
Eduardo Morán/ Periodista deportivo
La cuestion aquí es que todo lo mueve el dinero. Pasa que hay algunos personajes que tienen hasta dos o tres equipos de fútbol, pero tiene que estar más repartido, no puedes tener tantos equipos de fútbol sino tienes que estar más repartido, para algo de mejores resultados.
Segundo, tienen muchos contratos con la Liga de Estados Unidos con tal de hacer dinero y dinero, y no forman a los muchachos en el deporte, no les dan formación y seguimiento a los muchachos.
Otra cosa es que también hay mucho influyentismo en esto de la Federación Mexicana del fútbol, y creo que se debe tratar de ver más desde las bases.
Hay muchos muchachos que son muy buenos y no se les admite porque no tienen recursos suficientes para ir adelante, entonces también eso influye.
Creo que se necesita más formación para los jugadores y más humanización en esa Federación Mexicana de fútbol, porque hay muchas situaciones ahí que están mal.
Y pues ya sabemos que donde el valor primordial es el dinero, tarde o temprano todo fracasa. Lo hemos visto en la vida política, en la vida familiar, incluso en la vida eclesial y lo vemos en el aspecto deportivo: cuando a todo se antepone el aspecto económico, el dinero, entonces todo va a marchar mal y todo va a terminar mal.
Pbro. Salvador Magallanes/ Asesor de la Pastoral Juvenil DCJ
Desgraciadamente llegó la hora en la que selección mexicana de fútbol fue a jugar su mundial, en donde no sólo fue despedida de la justa en la etapa de grupos (primera vez que sucede esto desde el mundial de Argentina 78) sino también fue puesta en evidencia su falta de espíritu de lucha, garra y entrega.
Todos apuntan a culpar de este desastre al entrenador Gerardo «Tata» Martino, y si bien en parte tiene gran culpa de lo que pasó, en este caso debemos de señalar a gente de la Federación Mexicana de Fútbol, en específico a Yon de Luisa, quien en todo momento durante el proceso de clasificación a Catar, consintió y ayudo a que la selección fuera tomando está forma.
Pero también gente como Mickel Arreola que en lugar de ayudar al fútbol mexicano buscando que los equipos de la Liga MX tengan competencia con el fútbol de Sudamérica, cómodamente se fue por la fácil y dejó que la competencia fuera contra una liga norteamericana (MLS) la cuál si bien es cierto en los próximos años crecerá y superará a nuestro fútbol, en estos momentos está por debajo de la liga mexicana. Pero como los dólares valen mucho, a ellos les importó poco el crecimiento de nuestro balompié.
Los jugadores también son culpables en gran medida de este fracaso, ya que no solo dejaron mucho qué desear en el terreno de juego, pero también fueron cómplices en el armado de este equipo, primero que nada haciendo un grupo tan cerrado que si alguien más quería ser parte del mismo, no se lo permitieron (Chicharito, Acevedo y Giménez, entre algunos otros) lo cual hizo que el talento del cual se pudiera echar mano fuera escaso.
La última culpa la tenemos el aficionado que permitimos y solapamos este tipo de equipos al comprar un boleto para ir a verlos, al comprar una camiseta (que cuestan un dineral) o simplemente ver los juegos del equipo mexicano desde la comodidad del hogar sin poder o querer levantar la voz en busca de algo mejor.
Ahora lo que sigue es un proceso en el cual, si no se tiene cuidado, se podría retroceder aún más, ya que el próximo mundial será en parte en nuestro país y con el lugar ya asegurado para ser parte del mundial del 2026, podría hacer que el siguiente fracaso sea aún más espectacular.
Por lo pronto ahora la pelota está del lado de los dueños de los equipos, poner a un entrenador que no solo sepa la importancia histórica de nuestra selección y de nuestro fútbol, sino que también pueda lograr que los jugadores no se conformen con tan solo vestir la ya tan devaluada (en cuanto a prestigio porque en cuanto a precio seguirá subiendo) playera de nuestro querido Tri.
Jorge Grajeda/ Conductor TV Deportes
Desafortunadamente la mayoría de los aficionados no esperábamos mucho de la Selección Mexicana en su participación dentro de este Mundial. Nos dieron algunos momentos emocionantes, sobre todo en el partido ante Arabia Saudita, pero al final la realidad terminó de imponerse y una vez más se queda la Selección Nacional en el camino.
Es sumamente importante que nuestras autoridades promuevan el desarrollo del deporte en nuestra nación mexicana, ya que fomenta valores como la honestidad, el esfuerzo, la transparencia y la disciplina.
El Papa Pablo VI comparaba el deporte a la vida. El papa decía que el deporte es símbolo de una realidad espiritual, aunque escondida, que constituye la trama de nuestra vida: la vida es un esfuerzo, la vida es una competencia, es un riesgo y la vida es una carrera; la vida es una esperanza hacia la meta final, una meta que trasciende la escena de la experiencia común y que el alma entrevé. Todas estas similitudes tiene el deporte con la vida. Es por eso necesario que no nos desanimemos y sigamos inyectando proyectos de esperanza para que nuestros jóvenes tengan oportunidades de practicar diferentes disciplinas deportivas y se haga cada vez en un marco de transparencia y honestidad, que todos los niños, si así lo desean, tengan acceso a instalaciones deportivas, a profesores de calidad que les ayuden a desarrollarse en el deporte que más les guste.
Y solamente con el trabajo desde las bases podremos tener esperanza de hacer buenas participaciones tanto en los Mundiales como en las Olimpiadas.
Gerardo Sánchez/ Caridad y Verdad