Lectio Divina correspondiente 17 de marzo de 2024 V Domingo de Cuaresma …Reflexión y acción de la Palabra de Dios, con la guía de integrantes del Instituto Bíblico san Jerónimo…
Jorge Sánchez/IBSJ
- Lectura: ¿Qué dice el texto?
Juan 12, 20-33
Entre los que habían llegado a Jerusalén para adorar a Dios en la fiesta de Pascua, había algunos griegos, los cuales se acercaron a Felipe, el de Betsaida de Galilea, y le pidieron: “Señor, quisiéramos ver a Jesús”.
Felipe fue a decírselo a Andrés; Andrés y Felipe se lo dijeron a Jesús y él les respondió: “Ha llegado la hora de que el Hijo del hombre sea glorificado. Yo les aseguro que si el grano de trigo, sembrado en la tierra, no muere, queda infecundo; pero si muere, producirá mucho fruto.
El que se ama a sí mismo, se pierde; el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se asegura para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, para que donde yo esté, también esté mi servidor. El que me sirve será honrado por mi Padre.
Ahora que tengo miedo, ¿le voy a decir a mi Padre: ‘Padre, ¿líbrame de esta hora’? No, pues precisamente para esta hora he venido. Padre, dale gloria a tu nombre”. Se oyó entonces una voz que decía: “Lo he glorificado y volveré a glorificarlo”.
De entre los que estaban ahí presentes y oyeron aquella voz, unos decían que había sido un trueno; otros, que le había hablado un ángel. Pero Jesús les dijo: “Esa voz no ha venido por mí, sino por ustedes. Está llegando el juicio de este mundo; ya va a ser arrojado el príncipe de este mundo. Cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí”. Dijo esto, indicando de qué manera habría de morir. (El texto ha sido tomado de los Leccionarios I, II y III, de la Comisión Episcopal de Pastoral Litúrgica)
Después de haber leído el evangelio, hagámonos las siguientes preguntas para una mejor comprensión del texto:
Además de los israelitas ¿quiénes más iban a adorar a Dios?
Estas personas habían oído hablar de Jesús y deseaban conocerlo ¿a quién se dirigen para preguntar por él?
Cuando Felipe y Andrés llegan ante Jesús ¿qué les anuncia? ¿Cómo les dice Jesús que se asegura la vida eterna? Además, para ser honrado por el Padre ¿qué se requiere?
Jesús, cercano al final de su misión siente miedo, pero está consciente que ha venido para glorificar el nombre del Padre y no piensa claudicar; en la narración los presentes escucharon una voz ¿y qué decía la voz?
Como los presentes no sabían si había sido un trueno o la voz un ángel, Jesús interviene ¿y qué les aclara?
Cuándo Jesús sea levantado de la tierra ¿entonces qué sucederá?
Breve Estudio Bíblico
Para pedir conocer a Jesús, nos griegos se acercaron a Felipe, quizás precisamente por tener nombre griego y provenir de Betsaida de Galilea que quedaba cerca de los territorios paganos; esto pudiera ser por simple curiosidad o por un verdadero deseo de escuchar sus enseñanzas y convertirse en discípulos. Cuando Felipe y Andrés encuentran al Maestro, él como respuesta les deja en claro que su encuentro con el mundo será fruto de su muerte y que una vez haya sido elevado en la cruz, los paganos tendrán oportunidad de “verlo”.
La muerte de Jesús en el evangelio de Juan se entiende como su glorificación, como una manifestación de Dios en el mundo. La Pasión no se presenta como una ausencia de Dios, sino de su presencia plena. La parábola de “el grano que muere” en un ambiente rural es muy comprensible, pues se sabe que para que brote vegetación habrá que echar en tierra la semilla y esta desaparecer, es decir, la parábola nos muestra la necesidad de que la semilla muera como requisito para producir vida y a ver esto como un evento positivo y fecundo. Una semilla muere, pero da abundante fruto: de este modo nos clarifica que la fecundidad de la muerte de Jesús es la creación de una nueva comunidad pues atraerá a todos hacia él. Con esto da una respuesta indirecta a los griegos a quienes se hará accesible por su muerte-elevación.
Juan también nos narra cómo Jesús con dos frases opuestas enseña que la vida del discípulo está condicionada por la cruz. La primera frase denuncia una vida centrada en uno mismo, que considera solo el éxito en el mundo y un control sobre el propio destino; esta forma egoísta es un error ya que la vida es un don de Dios y al pretender ignorar esto, la vida eterna se pierde. La segunda frase habla de “odiar” la vida, pero con el profundo significado que propone comprender la vida más allá de los intereses y valores del mundo que impiden el acceso a Dios.
En la parte final de la lectura del Evangelio, Jesús dice que una vez que sea levantado, glorificado, entonces atraerá a todos a él. Con esto parece que da respuesta a la inquietud de los paganos por “ver” a Jesús.
- Meditación: ¿Qué me dice Dios en el texto?
Para profundizar en el Evangelio contestémonos a nosotros mismos, con sinceridad, las siguientes preguntas:
En esta cuaresma es el momento para reflexionar sobre nuestros actos cotidianos y, si hay arrepentimiento, es importante reconocer que es uno de los pasos iniciales hacia una verdadera conversión. Al igual que los griegos del Evangelio ¿he sentido la curiosidad o necesidad de encontrarme con Jesús? ¿Lo he buscado sinceramente?
Ahora que sabemos que Jesús ha sido glorificado y nos ha convocado a esta comunidad que llamamos Iglesia ¿queremos servirle? ¿queremos seguirle? ¿contamos con la fuerza necesaria para olvidarnos de nuestro egoísmo y nuestro deseo de controlarlo todo? Si no nos sentimos capaces, es importante pedir el auxilio del el Espíritu Santo y acercarnos a los sacramentos que Jesús nos dejó como instrumentos de salvación.
- Oración: ¿Qué le digo a Dios?
Padre amoroso,
que en repetidas veces nos has hablado y
nos has perdonado, ayúdame a desear sobre todo la vida eterna,
que no me aleje de tu Hijo.
Señor Jesús,
gracias a tu obediencia, a tu muerte y gloriosa resurrección
nos llenaste de alegría al sabernos redimidos,
fortaléceme para también yo ser obediente en la fe.
Amén.
- Contemplación:
Para intensificar la contemplación repitamos varias veces un versículo de la Sagrada Escritura durante la semana para que alimente nuestra fe:
« Se convirtió en causa de salvación eterna para todos los que le obedecen »
(Hebreos 5,9)
- Acción: ¿A qué me comprometo con Dios?
Este tiempo litúrgico de Cuaresma nos prepara para vivir intensamente la Semana Santa y que estemos listos para la gran celebración cristiana de la Pascua, la resurrección de Jesús nuestro Salvador.
Propuesta: La oración constante es la que fortalece el alma y corazón. Esta semana recordemos que estamos viviendo un tiempo que llama a la conversión, así que procuremos un adecuado examen de consciencia para acercarnos al sacramento de la reconciliación y fortalezcamos nuestro espíritu con la gracia y poder santificante de la Eucaristía.
Primera Lectura: Jeremías 31, 31-34
Salmo 50
Segunda Lectura: Hebreos 5, 7-9
Morado