A partir de este primer domingo de Cuaresma, presentaremos la reflexión de la Palabra Dominical que nos prepare a la Semana Santa, a través de la lectio divina…Aquí la primera…
Pbro. Manuel Bañuelos Soledad/ Vicario parroquial de San Martín Obispo
Leer: El Reino de Dios está cerca
El Espíritu impulsó a Jesús a retirarse al desierto, para prepararse a ir a la vida pública. En esta preparación no estaba solo, estaba acompañado por su Padre, para hacer oración, y así poder escuchar a su Padre y hacer su voluntad.
El testimonio de Jesús nos va mostrando las formas vivas que debemos tomar para relacionarnos en la oración, que es un encuentro con nuestro Dios. Salir al desierto es salir de donde estamos: estamos en la enfermedad espiritual ya que cada día nos ocupamos mucho en nuestros quehaceres y dejamos a Dios a un lado. Cuarenta días estuvo Jesús en el desierto. Uno podría pensar que estar en esos días es no hacer nada, dejar que el tiempo pase así nomas, ¡pues no! Es un momento especial, lleno de oración y sobre todo de un corazón humilde ante su Dios, para ser mas fuerte.
El hombre que se humilla ante su Dios, se hace más fuerte; ya que se deja guiar por Él. Cuarenta días que ayudan a preparar el corazón y estar dispuesto hacer la voluntad de la acción del Espíritu Santo.
En este desierto que Jesús estaba viviendo, se presentó Satanás, el príncipe de la mentira. La presentación de Satanás es importante ya que Jesús lo conoce y sabe quitárselo de encima de cualquier intento de pecado. Jesús nos lo presenta: “Él fue un homicida desde el principio y no perseveró en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando miente, habla de lo que lleva dentro, por que él es mentiroso y es el padre de la mentira Jn 8, 44”.
Invitación de Jesús
Se ha cumplido el tiempo para manifestar la gloria de Dios. Esa gloria es salvar a la humanidad de la esclavitud del pecado y de la muerte, por eso Satanás no quiere que Jesús dé el siguiente paso al darse conocer y que lo sigan después de su resurrección.
El Reino de Dios está cerca, un reinado desde hace mas de mil años de preparación y espera ya se ha hecho una realidad. Los mismos profetas del Antiguo Testamento se lo estaban presentando para que este pueblo lo pudiera recibir en su vida pública.
Llega la obra generosa de Dios por medio de su Hijo, pues Dios lo veía por bueno a enviar a su Hijo para salvar a la humanidad.
Conviértanse y crean en el Evangelio, es una expresión común, pero al fin de cuentas es muy significativo esta invitación de parte de Jesucristo. Nos invita a creer en la nueva noticia que está destinada para la humanidad, un evangelio que tiene vida, para responder el llamado de Dios por medio de Jesús.
Meditar: Seguir ejemplo de Jesús en la oración
El Espíritu Santo hace un papel importante en nuestras vidas, donde hay que preguntarse ¿Qué me dice el Espíritu Santo? ¿Qué me invita hacer en nombre de Dios? Para ello es la necesidad de un tiempo de oración y darme el espacio de cuarenta días, donde puedo estar a solas con Dios, como lo hizo Jesús. Hay que ser valientes para enfrentar Satanás ya que no quiere que esté al lado de la Verdad que es Cristo. El mismo Satanás hará todo lo posible para que no llegue al encuentro de la salvación y poder gozar el Reino de Dios.
El tiempo se ha cumplido y hay que aceptarlo, pues está en la Iglesia donde nos podemos reunir en nombre de Dios y Él se hace presente con nosotros por medio de la oración.
Es importante a seguir a Dios por medio de la oración, ya que así estamos dispuestos a escuchar a Dios, y poder hacer su santa voluntad y su voluntad es gozar de la verdadera paz y libertad que Dios nos ofrece.
Cristo me invita a convertirme, ser cada vez mejor, ya que no debo estancarme porque Cristo nos trae cosas nuevas constantemente. Convertirse es llegar a ser cada vez un mejor cristiano e hijo de Dios, para contemplar las grandes riquezas espirituales que me ofrece Dios.
El modelo de esta entrega es Cristo, pues al encarnarse y vivir como nosotros, menos en el pecado, nos damos cuenta que Él ha sido una persona totalmente libre, a quien no lo detenía nadie, pues gozaba de la verdadera libertad.
La invitación de permanecer cuarenta días es también, sin ninguna duda, permanecer todos los días de la vida en este tiempo de Cuaresma; es un recordatorio ya que humanamente solemos olvidar de las cosas que comúnmente no practicamos.
Le agradezco a Dios por este tiempo lleno de bendiciones, que, año tras año, se vive diferente, ya que uno va aprendiendo cómo vivir la Cuaresma conforme la vida a la búsqueda a la santidad.
Orar y contemplar: Combatir al demonio
Tengo que seguir invocando al Espíritu Santo para responder el llamado de Dios, pues, solo el, me mostrará los medios necesarios para responder a Dios. El Espíritu impulsó a Jesús, ahora yo quiero ser impulsado por el mismo Espíritu, en este tiempo de cuaresma ya que es necesario responder cada vez mejor. No solamente por los cuarenta días de cuaresma, sino mas bien en toda mi vida, pues un tiempo mas para responder a Dios; humillándome, presentándome un pecador mas y que necesito de su gracia. Son muchas de las veces que tengo que recurrir al desierto, pues me hace ver las cosas distintas, para poder hablar con Dios y hacer su santa voluntad.
Sé que el demonio está tratando de distraerme y no poder avanzar más, pero sé que tengo que armarme de valor, y poder atacar ese enemigo que solamente, se hace presente para destruir el trabajo avanzado en la vida espiritual. Nuestro Señor Jesucristo ha hecho lo suyo y ahora me toca responder, pues responder el llamado de Dios, es responder a la vida para lo que he sido llamado, y soy llamado ser hijo de Dios, no de las tinieblas, pues el mal no tiene sentido, es pura perdición y con Dios pura ganancia para la vida espiritual. Jesús nos ha traído el reino de Dios, ahora podemos decir, que ya está cerca el reino de Dios, pues nos la trajo Jesús y lo podemos tomarlo desde nuestra comunidad que es la Iglesia.
La Iglesia ha iniciado el miércoles pasado la celebración de la ceniza, para iniciar la Cuaresma, donde nos damos la oportunidad de responder el llamado de Dios que nos tiene destinado en este año. Como todos los años convertirnos y creer en el Evangelio.
El Espíritu Santo es sabio, pues es la voz de Dios, por ello Jesús fue impulsado, ya que Jesús no hacía las cosas por sí mismo, sino acompañado por su Padre y el Espíritu Santo. Esto me compromete más a la oración en este tiempo de Cuaresma, que es uno de los tiempos más enriquecedores para hablar con Dios de una manera humillada.
La humillación es un medio de dejar todo y entrar en el desierto personal, pues así dejo a Dios que obre en mí.
En esta Cuaresma que enriquezca más a mi fe y mi vida de comunidad, ya que desde ahí le da mi sentido de ser cristiano y sacerdote.
Actuar: Responder al enemigo
Son muchas las luchas para atacar al enemigo, pues cada vez que respondo a Dios con generosidad, Satanás no estará en paz y buscará los medios necesarios para que yo tenga miedo o me desanime con mi fe. Si ya le provocó tentaciones a Jesús, con más razón lo hará conmigo.
Hay que aceptar la invitación de Jesús que dice: “Vigilen y oren, para que resistan la prueba, pues el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil” Mt 26, 41. Por lo tanto, el espíritu está a nuestro favor y nos lo ha enviado Dios para que Él sea nuestro abogado y podemos defendernos de las garras del enemigo.
Que no se nos olvide que el tiempo se ha cumplido, pues Jesús ha triunfado ante el mal. Él ha vencido la muerte y nuestra madre Santísima la aplasto la cabeza de la serpiente infernal. Así que nosotros podremos atacarlo sin ningún temor, pues Satanás no puede hacernos daño. Le hago efectivo el cumplimiento de Jesús anunciando el Reino de Dios a los que lo desconocen, pues la salvación es para toda la humanidad.
Nuestra conversión
El Reino de Dios, no se tiene que quedar tapado, sino ser escuchado para que pueda iluminar al hombre en su vida personal y espiritual. Ya que el hombre necesita convertirse cada vez mejor, sin dejar que las tinieblas del enemigo lo lleve a la ignorancia de la salvación de Dios.
Convertirse es ser el otro Cristo para la humanidad, ya que Jesús nos mostró con su testimonio de vida cómo responder al Padre.
Así que en este tiempo de Cuaresma, como Jesús se dio el tiempo para acercarse con su Padre, que nosotros nos sintamos comprometidos en nuestra vida de fe, para poder dejar lo que no nos sirve y aceptar el Reino de Dios.