Lectio Divina correspondiente al domingo 30 de marzo. IV Domingo de Cuaresma. Reflexión y acción de la Palabra de Dios, con la guía de integrantes del Instituto Bíblico san Jerónimo…

Samuel Pérez/ IBSJ
- Lectura: ¿Qué dice el texto?
Lucas 15, 1-3. 11-32.
En aquel tiempo, se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores para escucharlo; por lo cual los fariseos y los escribas murmuraban entre sí: “Éste recibe a los pecadores y come con ellos”.
Jesús les dijo entonces esta parábola: “Un hombre tenía dos hijos, y el menor de ellos le dijo a su padre: ‘Padre, dame la parte de la herencia que me toca’. Y él les repartió los bienes. El hijo menor, se fue a un país lejano y allá derrochó su fortuna, viviendo de una manera disoluta. Se puso entonces a reflexionar y se dijo: ‘Me levantaré, volveré a mi padre y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo. Recíbeme como a uno de tus trabajadores’.
Estaba todavía lejos, cuando su padre lo vio y se enterneció profundamente. Corrió hacia él, y echándole los brazos al cuello, lo cubrió de besos. El padre les dijo a sus criados: ‘¡Pronto!, traigan la túnica más rica y vístansela; pónganle un anillo en el dedo y sandalias en los pies; traigan el becerro gordo y mátenlo. Comamos y hagamos una fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y lo hemos encontrado’.
El hijo mayor estaba en el campo y al volver, llamó a uno de los criados y le preguntó qué pasaba. Éste le contestó: ‘Tu hermano ha regresado y tu padre mandó matar el becerro gordo’. El hermano mayor se enojó y no quería entrar. El padre repuso: ‘Hijo, tú siempre estás conmigo y todo lo mío es tuyo. Pero era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y lo hemos encontrado’.
Ahora hagámonos las siguientes preguntas:
¿Cuál es la razón por la que Jesús les dice esta parábola?
¿Quién fue el que pidió al padre la herencia y qué hizo con ella?
¿En qué momento decide regresar a la casa de su padre?
¿Qué hace el padre al ver regresar a su hijo menor?
¿Cómo reacciona el hijo mayor ante el regreso de su hermano?
Ante tal reacción ¿qué hace el padre?
Interioricemos en el texto.
Jesús recibe críticas de los fariseos y escribas por recibir y comer con los publicanos y pecadores. Ante ello, les responde con las tres parábolas de la misericordia: la oveja perdida, la moneda extraviada y el hijo perdido. Jesús, que vivía cercano a la gente despreciada por los judíos piadosos como enfermos, cobradores de impuestos, prostitutas y pobres, muestra cómo es Dios Padre que sale al encuentro de quienes para el mundo están perdidos. De aquí que el padre de la parábola sale a encontrarse con el hijo menor que arrepentido ha decidido volver y con gran alegría lo recibe con un gran banquete. También sale de la casa para invitar a entrar al hijo mayor que, molesto y egoísta, se negaba a hacerlo e incluso cuestiona el amor y la misericordia con que actúa su padre. El motivo de la fiesta es claro: la alegría de encontrar lo que estaba perdido, de lo que estaba muerto y ha vuelto a la vida. Por medio de esta parábola Jesús invita, ahora a nosotros, a cuestionarnos sobre nuestra actitud al estar en la Casa del Padre donde, por su amor y misericordia, todos somos recibidos como sus hijos.
- Meditación: ¿Qué me dice Dios en el texto?
Para profundizar en el Evangelio contestémonos a nosotros mismos, con sinceridad, las siguientes preguntas:
¿En qué me hace reflexionar y actuar el saber que Dios, nuestro Padre, está en el camino esperando ver nuestro regreso cuando nos alejamos por el pecado y las tentaciones mundanas?
¿Por qué debe ser parte de nuestra fe el alegrarnos por un hermano que, arrepentido y en camino de conversión, desea regresar a la comunidad?
- Oración: ¿Qué le digo a Dios?
Dios Padre,
que en esta Cuaresma logre ser consciente
de tu gran amor y misericordia
que no deseas la muerte del pecador,
sino que se convierta y viva.
Dame la fe y fortaleza para perseverar y lograr
recibir ese abrazo de perdón a tus hijos
que arrepentidos retornan a ti.
Amén.
- Contemplación:
Para intensificar la contemplación repitamos varias veces durante la semana un versículo de la Sagrada Escritura para que alimente nuestra fe:
«Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor» (Salmo 33).
5.- Acción: ¿A qué me comprometo con Dios?
En esta Cuaresma, vive la alegría de ser recibido en la Casa del Padre como su hijo.
Propuesta: Pide la gracia al Espíritu Santo para hacer un buen examen de conciencia y acude a la confesión de tus pecados para recibir ese abrazo de perdón, amor y misericordia de Dios Padre.