Mons. J. Guadalupe Torres Campos
Les saludo con mucho amor de padre y pastor deseando se encuentren de maravilla.
Hoy Domingo XX del Tiempo Ordinario, el evangelio de san Lucas es un texto difícil, la verdad complicado. Creo que en general coincidimos en cuestionarnos cómo entender estas palabras de Jesús, fuertes, cómo aplicarlas a nuestra vida cristiana.
En primer lugar, como siempre, Jesús se dirige a sus discípulos, pero a través de ellos a todos. Y aquí vienen la frases desconcertantes:
Primera frase
Primera frase: “He venido a traer fuego a la tierra” ¿Qué clase de fuego?, ¿A qué se refiere? y ¿Cuánto desearía que ya estuviera ardiendo? Claro, no es el fuego literal de un incendio, podemos pensar una parte del fuego del Espíritu Santo, recordemos que en Pentecostés vinieron llamas de fuego, entonces “He venido a traer fuego a la tierra” podemos interpretarlo como el amor de Dios, ese fuego del amor divino.
Y por eso se habla del ardor: “cuanto deseo que estuviera ardiendo”. Es el deseo de Jesús que su amor arda en el buen sentido de la palabra, un ardor en nuestro corazón, en nuestra vida, en la sociedad, en la Iglesia.
La presencia de Dios es ese ardor del que hablaba san Juan Pablo II a propósito de la evangelización nueva.
El evangelio es esa fuerza, ese fuego del amor de Dios, y yo creo que por ahí podríamos entender… no es un fuego destructor, sino es un fuego de amor, de vida, del amor divino la presencia de Dios. Y la frase “que arda”, que nos pegue, que nos transforme, que penetre nuestra vida cristiana personal, familiar, social, en todo sentido.
Segunda frase
Segunda expresión: “Tengo que recibir un bautismo y cómo me angustio mientras llega” ¿A qué bautismo se refiere? ya había sido bautizado Jesús en el Jordán ¿De que está hablando Jesús? Probablemente se refiere al sacrificio, al Misterio Pascual. Hablar del Bautismo y los demás sacramentos es hablar del misterio de la entrega de Jesús. Sabemos que el Bautismo es morir para resucitar, entonces probablemente sea en ese sentido el bautismo al que se refiere, la Pasión, la Muerte, la entrega, el momento definitivo.
Y “cómo me angustio mientras llega”. En dos o tres momentos en los evangelios se expresa esa angustia de Jesús. Les recuerdo aquella noche de la última cena y Jesús en el Huerto de los Olivos manifiesta la angustia terrible y como que lo anuncia.
“Como me angustio mientras llega ese momento” ¿Cómo aplicar a mi vida esta frase? ¿Cómo valoro mi Bautismo? ¿Cómo lo actualizo en mi vida? ¿Cómo renuevo cada día mi bautismo? y también me uno a Jesús en esa angustia, en esa lucha para que llegue a mí el Bautismo, que muera el pecado, mi egoísmo, mi soberbia, mi maldad y resucite el hombre nuevo.
Vivir el Bautismo es la invitación de Jesús a recibir el Bautismo, vivirlo, actualizarlo, hacerlo vida, pero con fuerza, con determinación, con firmeza.
Tercera frase
Tercer aspecto del evangelio que también nos desconcierta: “Piensan que he venido a traer paz a la tierra? De ninguna manera”… ¡¿Cómo?! Hemos estado orando por la paz y resulta que hoy Jesús nos dice que no, ¡Caray! No ha venido a traer la paz, sino la división. ¡Es desconcertante esta tercera parte del evangelio! esas palabras de Jesús.
Obviamente no es que Jesús quiera la guerra en sí misma, por supuesto que no, pues ha dicho “he venido para que todos se salven, que todos sean uno”, como tú y yo somos uno, que ninguno se pierda.
Más bien esto va en la línea de que tomemos conciencia de que si asumo mi Bautismo y vivo conforme a él, y conforme al evangelio, entonces mi vida tiene que ser profética. Mi vida, un testimonio vivo de Jesús, y eso te va a acarrear dificultades con más de uno.
A eso se refiere cuando dice que el que toma el evangelio y lo vive y lo anuncia y lo predica de verdad con un gran testimonio, va a tener contrarios, alguno se va a enojar, les voy a caer mal, no me van a creer y va a haber problemas.
Jesús es el ejemplo, Él predica dice la verdad y lo quieren matar, lo quieren apedrear, lo crucificaron. Como que es una advertencia de que me comprometa a vivir el evangelio, a vivir ese bautismo y que arda en mí ese fuego del amor. Predica y denuncia con el peligro real de que alguien muy cercano te rechace.
Por eso dice más adelante: ‘Estarán el padre contra la madre, los hijos contra los padres’, etc. Porque si yo vivo el evangelio y le digo a mi hermano ‘estás mal’ o me cree y se convierte y cambia y Dios me ilumina para cambiar, o entramos en conflicto. A eso creo que se refiere la frase ‘no he venido a traer la paz’. La paz no es no hacer nada, no es algo pasivo, la paz implica sacrificio, donación, entrega, testimonio fidelidad y eso es conflicto. Si vives tu fe y vives el evangelio tienes que decirle a tu hermano sus fallas, pidiendo por él para que acepte, pero sí es importante esta expresión.
También ser mártires
Y el ejemplo está en Jeremías, en la primera lectura. Un gran profeta que siempre estuvo siendo perseguido. Querían matar a Jeremías, pero él seguía predicando, anunciando a Dios. Así nosotros.
Acabamos de celebrar en la semana un fiesta diocesana muy importante san Lorenzo ahí estuve la noche de la víspera y el día de san Lorenzo, con mucha gente, yo le decía a la gente: ‘sigamos el ejemplo de san Lorenzo mártir, tenemos que ser mártires, ahí está Jeremías como san Lorenzo, fueron coherentes con su fe, aunque muchos se oponían a tal punto de quitarles la vida. Pero seamos valientes y demos testimonio de nuestra fe.
Por eso cantamos a manera de petición el salmo responsorial: ‘Señor, date prisa en ayudarme’- o socorrerme-, yo no puedo, soy débil. Nos reconocemos con debilidad y pedimos para empezar a cambiar, a ser mejores.
Pablo también en un pasaje utiliza esta figura: “Dejemos todo lo que no ata, lo que nos estorba” ya desde ahí damos testimonio y en consecuencia optar por el bien, por Dios, por Cristo. Y ahí esta la verdadera paz, el fuego del Señor, el día de nuestro bautismo, lo que el evangelio de san Lucas nos invita.
Que e el Señor nos ayude, nos fortalezca. Repasemos el evangelio de san Lucas, es complicado, pero alguna luz nos puede dar el Señor este domingo para nuestra semana.
El Señor les cuide y les proteja. La bendición de Dios Todopoderoso permanezca siempre con ustedes. Buena semana. Abrazos.