Lectio Divina correspondiente al 16 de mayo La Ascensión del Señor … Reflexión y acción de la Palabra de Dios para este tiempo de Pascua, con la guía de integrantes del Instituto Bíblico san Jerónimo…
Jorge Sánchez/ Instituto Bíblico San Jerónimo
- Lectura: ¿Qué dice el texto?
Marcos 16, 15-20
Y les dijo: –Vayan por todo el mundo y proclamen la buena noticia a toda criatura.
El que crea y se bautice, se salvará, pero el que no crea, se condenará. A los que crean, los acompañarán estas señales: expulsarán demonios en mi nombre, hablarán en lenguas nuevas, agarrarán serpientes con sus manos y, aunque beban veneno, no les hará daño; impondrán las manos a los enfermos y éstos sanarán.
Después de hablarles, el Señor Jesús fue elevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios.
Ellos salieron a predicar por todas partes, el Señor los asistía y confirmaba la palabra acompañándola con señales. (Texto tomado de la Biblia de América)
Breve Estudio Bíblico.
El libro de los Hechos de los Apóstoles en la primera lectura (1, 1-11) Lucas, su autor inicia con un resumen donde nos dice que los Apóstoles son testigos de las enseñanzas, obras, pasión y resurrección del Cristo y han recibido de él, antes de su ascensión, instrucciones de lo que han de hacer. El Reino de Dios del que les habla no es el reino mesiánico que esperaba el pueblo de Israel.
A los Apóstoles se les encomienda una misión. Esta misión no tiene fronteras y al igual que Abrahán, los Apóstoles dejarán su tierra, su seguridad, sus expectativas. Jesús se eleva al cielo, a Dios, ante los ojos de ellos, convirtiéndose así en testigos de su glorificación.
En la segunda lectura, de la carta a los Efesios, san Pablo, como es su costumbre, enlista una serie de actitudes y virtudes que debemos cultivar los cristianos de ayer y de siempre. Nos dice que debemos ser humildes, amables, pacientes y soportarnos unos a otros con amor pues eso es digno de nuestra vocación cristiana y cómo a través de su gracia nos capacitará, para que, en la fe, lleguemos al pleno conocimiento del Hijo de Dios.
En el final del evangelio según san Marcos, el autor nos presenta cómo se les aparece el Resucitado a los once y los envía a predicar la Buena Nueva a todo el mundo con la instrucción de bautizar a los nuevos creyentes para su salvación. Aunque Jesús es elevado al cielo, a la diestra de Dios, no deja de estar con los suyos, nos acompaña hoy y siempre a través de la Iglesia desde donde continúa viva su presencia que es operante y salvífica.
Meditar la Palabra
Después de haber leído el texto del evangelio y para una mejor reflexión hagámonos las siguientes preguntas:
¿A quiénes se les aparece Jesús?
¿A dónde los envía a proclamar la Buena Nueva?
¿Qué les pasará a los que crean y se bauticen?
¿Y a los que no crean?
¿Qué señales acompañarán a los que creen?
¿Después de hablar con los Apóstoles a dónde se dirigió el Resucitado?
¿Qué hicieron después los Apóstoles?
- Meditación: ¿Qué me dice Dios en el texto?
Hagámonos unas preguntas para profundizar más en esta Palabra de Salvación:
¿Estoy consciente de que cuando Jesús se elevó al cielo dejó claro que venció a la muerte?
Como creyente bautizado he encontrado la salvación, pero ¿Me comporto como un verdadero cristiano? ¿Doy testimonio siendo humilde, paciente y soporto con amor a mis familiares, amigos y compañeros de trabajo?
La misión que Cristo encomendó a sus Apóstoles está vigente en nuestra Iglesia que es eterna misionera y todos formamos parte de ella ¿Siento mía esa misión?
¿Participo en algún grupo parroquial? Si no es así trataré de acercarme a mi comunidad parroquial para integrarme y participar de alguna forma.
- Oración: ¿Qué le digo a Dios?
Señor Jesús, ayúdame a no ser sordo a tu palabra,
ayúdame a seguirte, a creer más en ti pues solo tú puedes salvarme,
fortaléceme para lograr el comportamiento de un verdadero cristiano.
Que el Espíritu Santo me conduzca por el sendero de esperanza y amor que lleva a la salvación.
Que apoyado tu Iglesia sepa aprovechar los caminos de salvación
que son los sacramentos que nos dejaste.
Amén.
- Contemplación:
Para la contemplación podemos repetir varias veces un versículo del Evangelio para que entre e ilumine nuestro corazón.
«El que crea y se bautice, se salvará» (Mc 16, 16)
Hagamos el propósito de repetir este versículo durante la semana.
- Acción: ¿A qué me comprometo con Dios?
Como cristiano debo reflejar a Jesús resucitado en las acciones de mi vida.
Propuesta: Esta semana buscaré el momento para leer detenidamente estas lecturas y trataré de encontrar en ellas a Jesús que me habla y espera respuesta. La Ascensión del Señor debe ser motivo de mi alegría, pues derrotó a la muerte y subió a los cielos para estar a la derecha del Padre. Esto me invita a hacer mía la misión que encomendó antes de partir, predicaré a través de mis actos, por lo que esta semana trataré de ser humilde, amable y paciente con los que me rodean. Se que muchos hermanos a causa de la pandemia tienen necesidades materiales y en algunos casos carecen de lo más básico, de acuerdo con mis posibilidades compraré una despensa para hacerla llegar a ellos a través del programa “Todos en la Misma Barca” o personalmente la entregaré en algún asilo o centro de ayuda. De ser posible llamaré algún familiar que hace tiempo no visito para saludarle y trasmitirle la alegría y confianza de sentirse querido.